La corona ya tiene lista su continuidad. Parece que la estrategia que han seguido con Leonor ha surtido efecto. La princesa es la única que aprueba con nota en Casa Real por parte de los ciudadanos. Se ha desatado el fenómeno que denominan “Leonormanía”. En parte porque a la hermana de Sofía ya no se la vincula con el apellido Borbón, y mucho menos con Juan Carlos I. Es una nueva era y eso es gracias a Letizia. Los reyes no quieren sobreexponer a su hija para no entorpecer su camino. El futuro de la corona estaría prácticamente garantizado.

A nivel internacional, Leonor también recibe un aprobado con nota, aunque algunos son más críticos con ella y creen que le queda un largo camino por mejorar. "Seguramente la Leonormanía sí esté de actualidad, aunque son corrientes de opinión pasajeras. Lo importante es que doña Leonor siga cumpliendo con sus obligaciones como princesa de Asturias con la máxima seriedad y con completa responsabilidad", comenta Luis María Anson a la revista.

Leonor

"La familia real española ha encontrado un talento. Lo que vemos hasta ahora es que consigue mantener una gran naturalidad debajo de los focos, algo que es difícil en cualquier edad, pero parece que le va muy bien y se nota. Creo que es obvio que han decidido sacar el máximo provecho", opina para Vanity Fair James Badcock, de The Telegraph.

"Es muy mona y tiene una sonrisa y expresión simpáticas, pero está rodeada de un coro de alabanzas excesivo que puede suponer un lastre para ella. Su dicción es mejorable y no debería leer sus discursos, que no son muchos. A su edad, debería estar entrenada para eso. Sabemos más de otras princesas extranjeras, y sabíamos más de su padre y de sus tías, las infantas doña Elena y doña Cristina, cuando eran jóvenes. De ella tenemos una imagen demasiado fabricada ", asegura en el reportaje, la aristócrata Pilar González de Gregorio.

Leonor necesita recibir clases de dicción 

A Leonor aún le queda mucho camino por recorrer. Le falta más formación, especialmente en sus discursos, donde se puede ver que se queda sin aire, y sería conveniente que se los aprendiese de memoria y les diese su naturalidad, para que parezca que salen de ella.

Julio García Gómez asegura que "la princesa Leonor necesita practicar la respiración diafragmática. En su discurso, hemos observado que se quedaba sin aire en los finales de cada frase", ha observado el experto. "Ha tenido que realizar un esfuerzo especial para poder continuar sin agotarse”.

García Gómez sostiene que, bien por nervios o estrés acumulado, "si no respiramos adecuadamente, podemos quedarnos al límite de la proyección de nuestra voz, lo que nos puede producir inseguridad al leer el discurso".

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