Febrero de 2007. La princesa Letizia está embarazada de seis meses de su segunda hija. Recibe una llamada en Zarzuela. Le comunican que su hermana Érika Ortiz, de 31 años, ha aparecido muerta en el piso de soltera de Letizia. Tenía problemas psicológicos, seguía un tratamiento de pastillas para la ansiedad y el estrés, y se suicidó. Tenía una hija de 6 años, Carla. Años después el primo de Letizia escribe el libro Adiós princesa y la dedicatoria es Para Érika. Fue él, David Rocasolano, quien explicó en el libro qué pasó durante el funeral de su prima con la familia real y ahora Pilar Eyre hace memoria en Lecturas: 10 ocasionas que la familia real nos dio gato por liebre. De entre todos los hechos poco explicados de la Familia Real el más desconocido es qué pasó en aquel funeral de la joven Érika, el 8 de febrero de 2007.

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Eyre escribe: "Se dijo que Letizia recibió el cariño de Juan Carlos en la iglesia y lo que pasó en realidad fue que hubo palabras fuertes y doña Letizia le pidió a su suegro perdón llorando". Era la época en que todavía no se contaba la verdad sobre los Borbones, cuando los medios callaban lo que sabían excepto honrosas excepciones y un velo mediático lo tapaba todo. El primo de la actual reina escribe que aquel día la expareja de Érika y padre de su hija Carla, el escultor Antonio Vigo, se enfrentó a gritos con el rey Juan Carlos diciéndole "Vosotros la habéis matado".

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Aquella reverencia que tuvo que hacer la princesa de Asturias a su suegro el día que enterraba a su hermana. Todo hizo explotar la situación, tensa de por si. Se publicó que Érika no soportó la presión de pertenecer a la familia del rey. Así como Telma, la otra hermana, llegó a denunciar a la prensa por sentirse asediada, la vulnerable Érika no lo pudo soportar. El primo escribe un párrafo sangrante contra Letizia: "Érika me dijo 'Me han dejado sola, David. Me siento sola’. Se refería a Letizia. Supuse que tras su reaparición en la prensa rosa, Érika había recibido algunas de sus típicas llamadas histéricas y controladoras”.. Como si Érika fuera Lady Di, la prensa asediaba a la familia Ortiz y emparentarse con la Corona la mató. Y en el funeral, el ex de Érika se encaró con el rey de España y Letizia lo tuvo que disculpar.

EFE

Once años después Letizia pasea por el mercado de Palma con las niñas. A menudo lleva una pulsera Tous con las iniciales de sus hijas y con la C de Carla, su sobrina e hija de Érika. En pleno 2018 nadie calla nada. Todo se sabe. En Blau informa en exclusiva que la madre de la reina, Paloma Rocasolano, lleva a su nieta Carla, hija de Érika, a Zarzuela para que se relacione con sus primas Leonor y Sofía. La niña ya tiene 17 años pero es huérfana de madre y la abuela quiere que se sienta próxima a la prima llamada a ser la próxima jefa del Estado. Una brizna de normalidad y humanidad en la historia de sumarios, corrupción, fingimiento y mal humor en que se ha convertido la monarquía española.