Una vez más, el matrimonio de Felipe VI y Letizia se encuentra en el epicentro del escrutinio público, pero esta vez el fuego lo avivaron las palabras incendiarias de Jaime del Burgo, quien ha arrojado al aire la impactante revelación de una presunta relación extramarital de la reina con él que se extendió durante años. El revuelo generado por sus publicaciones ha sacudido los cimientos de los círculos más íntimos de la pareja, aunque algunos insinúan que la verdad siempre estuvo acechando en las sombras, aguardando su momento. Y es que, en el pasado, la pareja atravesó una grave crisis en 2013 debido a disensiones internas en la Casa Real, como el caso Nóos de Iñaki Urdangarin y las acciones controvertidas de Juan Carlos… o al menos así se nos hizo creer durante una década. Sin embargo, ahora la verdad ha emergido de las profundidades. Felipe VI descubrió la infidelidad de Letizia y estaba decidido a divorciarse, pero la protección de la imagen de la Corona se alzó como un muro infranqueable, eclipsando su propia libertad y felicidad.
Un testimonio polémico y una década de silencio roto
Antes de publicar sus tuits incendiarios, Jaime del Burgo confió su testimonio al reconocido periodista y enemigo declarado de Letizia, Jaime Peñafiel. Sin embargo, parece que la comunicación entre ellos no fue del todo clara y quedaron algunas cuestiones sin abordar. Por esta razón, una década después, y ahora que ha cortado cualquier lazo con los Borbón, el abogado rompió su silencio a través de sus redes sociales, pero sin revelar completamente sus motivaciones. El ex de Telma Ortiz proporcionó una amplia gama de datos para respaldar sus afirmaciones. Además, aseguró poseer material gráfico que sustentaba esta infidelidad, material que, según él, el CNI intentó arrebatarle al registrar su residencia en Genthod, en las afueras de Ginebra.
Si retrocedemos una década en el tiempo, nos encontramos con un escenario donde los medios de comunicación estaban a punto de estallar con la noticia del inminente divorcio de los reyes, un titular que resonaba en todos los rincones del mundo. Sin embargo, Juan Carlos I y Sofía, quienes ya habían advertido sobre Letizia, le indicaron a Felipe que, al igual que ellos, debía resistir y mantener una fachada de normalidad. Debían proyectar la imagen de un matrimonio sólido frente a la institución monárquica, aunque en la intimidad tuvieran la libertad de obrar como les dictara su corazón.
El dilema de la reina Letizia: amor vs. poder
Letizia también se encontraba en una encrucijada compleja. La ex periodista de informativos confesó a Jaime del Burgo que su relación con Felipe carecía de amor desde el principio. Sin embargo, su ambición por alcanzar la cúspide del poder político la impulsó a seguir adelante. Estaba destinada a convertirse en la figura femenina más influyente del país. Por esta razón, la reina rechazó la propuesta de divorcio de Felipe VI. El extenso dossier de más de 50 páginas incluido en las capitulaciones matrimoniales no le parecía suficiente, a pesar de que recibiría una generosa asignación mensual, múltiples propiedades y cientos de millones de euros. Sin embargo, Letizia anhelaba el poder por encima de la riqueza material y estaba dispuesta a pagar cualquier precio necesario para seguir siendo la reina. Estaba dispuesta a perder la custodia de Leonor y Sofía, pero no la Corona.