Felipe VI se ha cansado de que Zarzuela parezca un hotel. En los últimos meses se han instalado dos de los hijos de la infanta Cristina, Irene y Miguel Urdangarin. El joven se lesionó mientras realizaba un curso para convertirse en monitor de esquí. Tuvo que renunciar a su sueño y decidió tomarse unos meses sabáticos en Madrid junto a su hermana y su abuela, la reina Sofía. Ella es la fiel defensora de sus nietos. Letizia ya hace tiempo que los ha querido echar, pero la emérita les advierte que el palacio todavía es suyo, mientras que ellos residen en el pabellón del príncipe, en el mismo recinto, pero a un kilómetro de distancia.
Como todos los años, a finales del mes de junio los reyes pondrán rumbo junto a sus hijas a Marivent, donde promocionarán el turismo de Palma de Mallorca, es el contrato con el gobierno balear para mantener el palacio a su nombre, ya que realmente es una cesión, no es de su propiedad. La reina Sofía viajará mucho antes. Se espera que esta semana, al concluir sus compromisos institucionales ponga rumbo a su destino favorito. Allí encuentra paz y tranquilidad alejada del ritmo burocrático de Zarzuela.
Felipe VI quiere a todos fuera de Zarzuela a finales de julio
No quedará nadie en Zarzuela, así que Felipe VI no quiere ver a nadie. La presencia de los Urdangarin ha hecho que tenga que aumentar la seguridad de palacio porque entran y salen cuando quieren, y no solo eso, además se traen a todos sus amigos, y a sus parejas. Juan Urquijo ya ha entrado en palacio varias veces, pero ya se lo conocía porque su abuela es prima de Juan Carlos I. Sin embargo, a Olympia, la estudiante venezolana que Miguel conoció en Suiza, se le ha prohibido la entrada, el ser una plebeya, aunque de una familia millonaria, bien posicionada.
La seguridad de Casa Real tiene muy en cuenta a todas las personas que entran en el recinto. No es tan fácil, ya que no es cualquier casa. Deben velar por la seguridad de todos los miembros de la corona. Se controlan todos los accesos. Se debe pedir cita para acceder a la vivienda y recibir la aprobación de los reyes. Llegan con coches oficiales, totalmente custodiados. En la puerta se les cachea y se les hace depositar en una bandeja todos los objetos, como los móviles, que les serán entregados a la salida. De esta forma ni pueden grabar conversaciones ni hacer fotografías del interior, todo es un misterio.
Este es el motivo principal de la negativa de los reyes a que entren amigos o parejas de Miguel e Irene. De hecho, ya les han comunicado que en dos semanas deberán abandonar palacio, y tampoco podrán visitar Marivent hasta mediados de agosto.