El Palacio de la Zarzuela, el espacio de calma para la reina Sofía, se convirtió en un lugar de tránsito constante para algunos miembros de la familia real en el año pasado. La llegada de Irene Urdangarin para tomarse un año sabático, seguida de la estancia de su hermano Miguel tras sufrir un accidente, aumentó la actividad en la residencia. A esto se sumó Juan Urdangarin, quien también pasó parte del verano allí.
Sin embargo, la presencia más controvertida viene de mucho antes. Se trata de Victoria Federica, cuya costumbre de usar Zarzuela como un refugio tras sus noches de fiesta ha sobrepasado las líneas rojas.

Victoria Federica, por Zarzuela como Pedro por su casa
Desde hace tiempo, Felipe VI ha intentado restringir la presencia de su sobrina en el palacio, estableciendo normas más estrictas sobre quién puede alojarse allí. De hecho, hubo un tiempo en el que tuvo prohibida esta práctica. Además, su madre, la infanta Elena, ha recibido varias advertencias por parte de Felipe y Letizia sobre el comportamiento de su hija.
Sin embargo, Victoria Federica ha seguido utilizando Zarzuela como si fuera un hotel privado. Dejó de hacerlo mientras lo tuvo prohibido, pero aprovechó la presencia de su prima Irene para recuperar viejas costumbres.

Victoria Federica pierde a su mejor aliada
Además, Victoria siempre se ha visto favorecida por la reina Sofía, quien, hasta ahora, siempre había protegido a su nieta. La monarca emérita, conocida por su carácter conciliador, había permitido que Victoria Federica siguiera frecuentando la residencia sin imponerle demasiadas condiciones.
No obstante, su paciencia llegó al límite tras un incidente ocurrido la madrugada del sábado, cuando la joven volvió al palacio en condiciones cuestionables, acompañada de amigos y generando un caos dentro de la residencia. Por primera vez, la ex monarca le dejó claro que su comportamiento no era aceptable y que su actitud despreocupada no podía continuar. Además, la escena daba la razón a Felipe y a sus restricciones, y lo último que quiere Sofía son problemas con su hijo. La emérita ha decidido no seguir protegiéndola.