El rey Felipe VI y su padre, el emérito Juan Carlos, estuvieron muy cerca la semana pasada. Apenas les separaban 15 km de distancia. Un escenario que quiso aprovechar Juan Carlos para ver a su hijo. Sn embargo, no hubo éxito. 

Juan Carlos I viajó a Sanxenxo para participar en la Octava Regata Juan Carlos I junto a su tripulación, mientras que Felipe estuvo en la isla de La Toja, asistiendo a la apertura del Foro La Toja Vínculo Atlántico. Ambos lugares se encuentran a tan solo 15 km el uno del otro.  

Juan Carlos, persiguiendo a su hijo por las carreteras de Galicia 

Juan Carlos I quiso aprovechar la situación e hizo varios intentos desesperados por ver a su hijo. Incluso le propuso compartir una cena familiar. La idea era que el rey Felipe se sentara a la mesa con su hermana Margarita y sus sobrinos, Alfonso y María Zurita. Para ello, Juan carlos llamó dos veces a Felipe. Pero parece que la mala suerte estaba de su lado. 

Juan Carlos llega a Sanxenxo efe
Juan Carlos llega a Sanxenxo efe

Felipe, con su grupo de guardaespaldas y la ministra de Justicia en funciones, le soltó a Juan Carlos que esto era un "viaje exprés" y que tenía que volver a Madrid directamente. No haría paradas. No había lugar ni tiempo para ningún encuentro ni ninguna cena.  

Preocupación en la casa real con el comportamiento de Juan Carlos 

Pero Juan Carlos, como si se tratara de un adolescente, no aceptó un “no” por respuesta. Se plantó en O Grove, un lugar que quedaba de camino a La Toja, donde estaba Felipe, y que se situaba en la ruta que seguiría su hijo para volver a Madrid. Y eligió un restaurante ahí con la esperanza de que su hijo pasara por allí. Pero ni con esa jugada consiguió su propósito. Felipe no se detuvo. Siguió su rumbo hacia la Zarzuela sin inmutarse.  

Pero más allá de si Juan Carlos consiguió ver o no a su hijo, pocos han visto normal este comportamiento, con el emérito ‘persiguiendo’ a su hijo por las carretera de Galicia, después de que suu hijo le dijera que no por activa y por pasiva. Y en la Zarzuela, después de analizar los hechos, están muy preocupados. Temen que la edad empiece a causar estragos en los razonamientos del ex monarca. Y, sobre todo, que vuelva a repetirse. Sobre todo teniendo en cuenta que en los últimos meses ha mostrado algunas lagunas de memoria. No sería buena señal.