La Casa Real sigue con gran preocupación la evolución de la princesa Leonor a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, donde ha tenido que enfrentarse a una de las pruebas más exigentes y difíciles de su formación militar. Lo que en un principio se planteó como una experiencia enriquecedora, se ha convertido en un verdadero desafío físico y emocional para la heredera, que no logra adaptarse a las condiciones extremas de la vida en alta mar.
Desde que embarcó el pasado 11 de enero, Leonor ha experimentado problemas de salud recurrentes, principalmente fuertes mareos y vómitos derivados de su cinetosis crónica. Pese a los constantes esfuerzos del equipo médico a bordo, que le suministra biodramina cada ocho horas, sus síntomas no han remitido del todo. La debilidad causada por estos episodios le ha ocasionado caídas en cubierta, resultando en visibles hematomas y moretones en sus brazos.

La experiencia en el Juan Sebastián Elcano está siendo muy dura para Leonor
La situación se agrava por el largo periodo que pasa sin tocar tierra. Los traslados entre puertos, que pueden durar varias semanas, le generan una sensación de aislamiento y claustrofobia que, según su entorno, está afectando su ánimo y resistencia mental. Su estado ha despertado gran inquietud en Zarzuela, donde se empieza a contemplar seriamente la opción de interrumpir su estancia en el barco antes de lo previsto.
Por este motivo, en Zarzuela se estudia si permitir que continúe con su formación en alta mar o si, por el contrario, sería más conveniente retirarla del barco y trasladarla de regreso a España. Esta decisión no solo garantizaría su bienestar, sino que también evitaría que la situación se agrave y genere una crisis mayor dentro de la familia real.
Leonor regresará a Madrid en abril, pero solo será temporal
El principal temor de la Casa Real es el inminente cruce por el cabo de Hornos, una de las zonas más peligrosas y turbulentas de la navegación. Las condiciones extremas del mar podrían empeorar aún más el estado físico de Leonor, aumentando los riesgos de su permanencia en la embarcación.

En cualquier caso, por suerte para Leonor, la princesa tendrá un breve respiro. Podrá alejarse temporalmente de alta mar para pasar unas horas en tierra firme. El motivo: el cumpleaños de la infanta Sofía. La joven cumplirá 18 años el próximo 29 de abril y está previsto celebrar una fiesta en su honor con su presencia en Madrid, a la que también acudirá Leonor. Hará una pausa en su formación militar para vivir uno de los días más importantes en la vida de su hermana.