Después de un largo proceso de negociaciones, finalmente, Iñaki Urdangarin consiguió que la infanta Cristina firmara los papeles del divorcio. Desde junio del año pasado, tras la mayoría de edad de su hija Irene, la pareja pudo resolver el asunto en un notario, evitando así un juicio público que podría haber revelado detalles incómodos. Este proceso se prolongó hasta enero de este año.
Inicialmente, todo parecía estar claro. Urdangarin, sintiéndose traicionado por haber sido el único señalado en el caso Nóos, buscaba reivindicación. Según él, todos en la familia real, incluyendo al rey emérito Juan Carlos I, conocían sus actividades, pero lo dejaron solo cuando estalló el escándalo. Quería mostrar que la justicia era supuestamente igual para todos, aunque claramente no lo era. Por haber asumido las consecuencias solo, reclamaba una compensación significativa.
Las memorias de Iñaki Urdangarin ponen en jaque a la corona española
Informes de Juan Luis Galiacho y otras fuentes revelan que Urdangarin exigía dos millones de euros y una pensión mensual de 25.000 euros de por vida. Estas demandas no eran meramente por resentimiento, sino también por el silencio sobre los secretos que conocía acerca del rey emérito y otros miembros de la familia real.
Urdangarin había amenazado con publicar unas memorias que escribió durante su tiempo en prisión, donde documentó todos los secretos que conocía. Envió copias a Juan Carlos y a la infanta Cristina, advirtiendo que haría públicas sus memorias si no se cumplían sus exigencias.
El ex yerno del rey también afirmó tener ofertas lucrativas para publicar estas memorias, buscando compensar las posibles pérdidas económicas con los pagos solicitados. Juan Carlos intervino, aconsejando a su hija que aceptara las demandas de Iñaki para evitar otro escándalo como el protagonizado por Corinna Larsen. El periodista David González señaló que Juan Carlos le repetía: “No nos podemos permitir otra Corinna”.
Las palabras de Carla Vigo que ponen sobre aviso a la monarquía
Finalmente, mientras algunas fuentes hablan de un pacto que incluye una pensión de 5.000 euros, otras sugieren que Urdangarin recibió dos millones de euros y una pensión vitalicia de entre 25.000 y 50.000 euros. Sea cual sea el acuerdo, la situación expone el impacto de los problemas personales en la reputación y estabilidad de la institución monárquica. La decisión de la infanta Cristina de ceder ante las demandas de su ex esposo, influenciada por su padre, demuestra hasta dónde están dispuestos a llegar para evitar la exposición pública y mantener su imagen intacta.
Un nuevo caso similar parece estar emergiendo dentro de la familia real con Carla Vigo, sobrina de los Reyes. Carla asistió al desfile de José Perea para celebrar la semana del Orgullo LGBTIQ+ en Madrid, y sorprendió a todos con sus declaraciones. Confesó que había considerado escribir sus memorias para compartir su vida a lo largo de sus 23 años: "Sí lo he pensado, pero creo que como haga eso... España se cae y a lo mejor me hacen algo a mí. No sé si sería un poco peligroso", reveló. "No sé cómo se lo tomaría mi familia y no sé cómo os lo tomaríais vosotros (refiriéndose a los medios). Creo que mi familia se enfadaría bastante si escribo mis memorias", concluyó, según recoge Informalia.