La relación entre Felipe VI y Letizia está acabada, así lo aseguran expertos en Casa Real, que además sentencian al matrimonio. Creen que ya no existiría esa relación y que solo se mantendrían unidos por la corona y el futuro de Leonor. Es cierto que los monarcas, como cualquier otra pareja, atravesaron una crisis en 2012. Los medios de comunicación ya tenían preparado el titular con la palabra divorcio, pero finalmente no sucedió, continuaron con su vida como si nada hubiese pasado. En aquel momento, aunque siempre han defendido una institución moderna y avanzada, los reyes debieron optar por el modelo de Juan Carlos I y la reina Sofía, el cese de la convivencia. Cada uno haría su vida y coincidirían en los actos institucionales.
Los asesores de Felipe VI y Letizia les obligan a salir todos los meses para dejarse ver y negar de esta forma que exista crisis entre ellos. Como sucede de forma habitual, los monarcas aprovecharon el pasado viernes 21 de febrero en el que tenían el día libre para asistir a las salas de cine, uno de los planes que más comparten juntos.
Cine y cena para negar que están separados
Fueron vistos en el cine Renoir Princesa de Madrid, ubicado en pleno centro, a pocos metros de la plaza de España, tal y como informó ‘El Español’. Los dos se vistieron de forma cómoda para no ser tan reconocidos y dieron un paseo por las calles céntricas de la capital como dos enamorados. Ella lució un jersey de punto y unos pantalones, y él una camisa y unos tejanos.
Este plan es especial para ellos, justo ha pasado una semana del día de los enamorados. También ha sido un día cercano a la presentación de las fotografías que Annie Leibovitz les realizó para la Colección del Banco de España.
Se desconoce la película que decidieron ver en los cines, aunque en aquel día se proyectaron cintas como ‘Cónclave’, ‘Emilia Pérez’, o ‘La tutoría’. Esta sala es una de las favoritas de los reyes, aunque también se les ha visto en los Cinesa Manoteras, en el barrio de la Hortaleza.
Es un plan que comparten desde hace décadas y con este quieren dejar claro que continúan tan enamorados como el primer día, aunque no vieron ningún gesto de complicidad entre ellos. Según las malas lenguas, Zarzuela pacta con ellos una salida al mes en la que van a cenar y a ver una película. De esta forma fingen que todavía son un matrimonio feliz después de dos décadas de relación.