Durante años, la reina Letizia ha ejercido un control casi obsesivo sobre la princesa Leonor, influenciando cada aspecto de su vida, desde los menús escolares hasta las relaciones interpersonales. Sin embargo, esta dinámica de dominio ha sufrido un giro radical. Ahora, Leonor, ya mayor de edad, busca independencia y distancia de su madre, especialmente tras las revelaciones sobre las presuntas infidelidades de Letizia al rey Felipe VI. La relación madre-hija ha sufrido un distanciamiento notable, con Letizia enfrentando las consecuencias de sus acciones y Leonor esperando respuestas. La futura reina sigue sin entender que su madre estuviera a punto de dejarlo todo, incluidas sus hijas, para irse a vivir a Estados Unidos y empezar una nueva vida con Jaime del Burgo.
El cambio en la dinámica familiar se refleja en las visitas de Leonor a Zarzuela, que han disminuido considerablemente. La princesa prefiere pasar tiempo en Zaragoza con sus compañeros cadetes, distanciándose de la atmósfera cargada de tensiones en la residencia real. Su presencia en Madrid se reduce a eventos institucionales, y cuando no está en ellos busca actividades independientes para ocupar su tiempo libre.
La reina Letizia pierde el control sobre la princesa Leonor
La vida social de Leonor ha experimentado una transformación notable. De ahí que sea común verla saliendo de fiesta con sus amigos de toda la vida y sus compañeros de la Academia. Con estos últimos suele irse casi cada fin de semana a la zona universitaria de Zaragoza, donde ha sido vista realizando actividades impensables hace unos meses. Por ejemplo, beberse un vodka con limón o fumando cigarrillos electrónicos.
De hecho, esto último preocupó profundamente a la reina Letizia, declarada antitabaco y abstemia. Tanto que incluso se planteó ir a Zaragoza a pedirle explicaciones, pues es una faceta de la que su madre no tenía constancia.
Los altos cargos de Zarzuela recomiendan a Letizia no acudir a Zaragoza
Sin embargo, desde la sede de la monarquía, se prefiere mantener una separación entre madre e hija en términos públicos. Por un lado, la Casa Real busca evitar que se perciba a Leonor como dependiente de Letizia y su influencia dominante. Es claro que ni Leonor se siente cómoda con esta dinámica, ni la institución monárquica desea perpetuar la imagen de una madre controladora y una hija subyugada. Por otro lado, se busca desvincular la imagen deteriorada de Letizia de la de la princesa Leonor después del escándalo protagonizado por Del Burgo. En este sentido, se entiende que Letizia representa el pasado, mientras que Leonor es el futuro, y es vital mantener su reputación intacta para asegurar la continuidad de la monarquía.
Es por eso que Zarzuela ha intervino para frenar a Letizia cuando quiso ir a hablar con ella. Y no es la única ocasión en la que han disuadido a la consorte. Y lo cierto es que hace semanas que a Letizia no se le ve por allí.