Desde los años 90, la firma italiana United Colors of Benetton es más conocida por sus polémicas campañas publicitarias que no por la calidad de sus prendas de ropa. De hecho, el grupo italiano acabó el año pasado con la mayor pérdida de su historia, 180 millones de euros. Pero eso no es impedimento para que sigan provocando indignación con sus anuncios. Con el fotógrafo oficial Oliviero Toscani al frente, han enseñado a enfermos de sida en el lecho de muerte, mujeres negras dando el pecho a niños blancos, primeros planos de chicas con una substancia blanquecina cerca de la boca o una monja besándose con un sacerdote. Ni enfermedades, ni racismo, ni sexo, ni religión. Nada escapa a los tentáculos de Benetton a la hora de provocar en beneficio propio.
Ahora han vuelto a la carga con la enésima polémica, incluyendo imágenes de un grupo de inmigrantes del Aquarius que llegaron al puerto de Valencia este domingo después de ser rescatados en aguas internacionales ante Libia.
Un uso criticado duramente, por ejemplo, por la ONG SOS Méditerranée, quese desvincula por completo de esta campaña que muestra una fotografía tomada mientras nuestros equipos rescataban a personas en peligro en el mar durante una operación realizada el 9 de junio. La dignidad de los supervivientes debe ser respetada en todas las circunstancias. La tragedia humana que tiene lugar en el Mediterráneo nunca debe ser usada con fines comerciales". O por el ministro del Interior de extrema derecha de Italia, Matteo Salvini, que a pesar de negarse a recibir a los 629 refugiados en sus puertos, ha publicado un tuit diciendo que es repugnante:
Solo io trovo che sia squallido?https://t.co/leOn1vJhK1
— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) June 19, 2018
La campaña publicitaria se ha publicado en el diario 'La Repubblica' y en las redes sociales de la firma italiana y aparte de la imagen de los refugiados con el chaleco salvavidas también incorpora una segunda fotografía con mujeres y niños atendidos por la Cruz Roja.
Toscani se defiende diciendo que ha pretendido subrayar un mensaje político: "No soy vendedor, no quiero hacer publicidad, quiero ser testigo de mi tiempo. ¿Al ministro no le gusta? Pues muy bien, todavía hay gente suficientemente inteligente para apreciarlo".