Una fórmula matemática estableció que el tercer lunes de enero tenía que ser el día más triste del año. En 2005 decidieron llamar Blue Monday a esta fecha, después de tener en cuenta muchos factores.
Las deudas después de Navidad, la poca motivación de volver al trabajo después de las vacaciones, el frío, ver que los propósitos de Año Nuevo siguen sin cumplirse... Este lunes es el día más deprimente del año.
La ecuación tiene poca base científica, siendo muy subjetiva. De hecho, la agencia de comunicación que hizo famoso este nombre aseguró que para combatir esta tristeza, lo mejor era comprar un billete de avión a uno de sus clientes. Una maniobra publicitaria que se ha convertido en todo un éxito y ha conseguido hacerse un nombre.
Marcas, medios, famosos... muchos han aprovechado para intentar alegrar la audiencia, asegurándoles que gracias a ellos superarán este día "tan triste".