"Afrenta intolerable", "boicot" y "autodefensa". Estas son algunas de las sandeces que firma el excolumnista y eurodiputado de VOX, Hermann Tertsch, escandalizado porque una conocidísima marca de helados rotula en catalán sus productos en Catalunya. Hablamos de Frigo, empresa nacida en Barcelona hace décadas y que pertenece al gigante Unilever desde 1973. Sus helados han ayudado a combatir el calor de millones y millones de personas en el estado español, pero el sector ultra y unionista en general han prometido no probarlos más por llevar el catalán a los envoltorios, junto con el inglés y el alemán. Del castellano, ni rastro. El sidral es tan delirante como notable. Y la rabieta, de campeonato.

Hermann Tertsch y Santiago Abascal EP

Frigo en catalán Twitter

La imagen de los de demócratas "de toda la vida" como Tertsch o sus seguidores lloriqueando porque no se podrán comer nunca más un frigopié produce una mezcla de lástima y vergüenza ajena. La culpa, la palabra 'xocolata' en una de sus especialidades, que ha producido esguinces cerebrales y heridas de muerte en el corazón monolingüe. Pobrecitos, eso de los idiomas, el respeto y la diversidad no va con ellos. Mejor llamar al boicot y quedar como neandertales que aceptar que el universo va mucho más allá del marco mental castellanohablante y catalanófobo. La red (la políglota, claro) se troncha.

Frigopie @frigo

Agosto, calor, mucho tiempo libre... el drama nos deja helados. Nos compraremos unos heladitos para digerirlo. En catalán, eso sí.