No por acostumbrados, deja de ser indignante ver y oír a según qué opinadores, tertulianos, colaboradores e invitados a las televisiones estatales a vomitar su catalanofobia delante de las cámaras de manera impune. Hace un par de años, una de las muestras más abyectas de estudiantes inocentes y apolíticos, supuestamente gente anónima, quien dijo la suya fue un joven que fue a un debate a TVE, "¿Quién educa a quién"? monopolizado por las periodistas Isabel San Sebastián y Anna Grau. El nombre del personaje?: Rubén Gil. Y cuál fue su highline?: "En Catalunya, vas a un establecimiento y hablas castellano y no te atienden".

Nacido en Castellón y residente en Madrid, participó de aquella orgía de intolerancia cultural de tufo franquista que se coló en un debate sobre educación en la tele pública. Después, sin embargo, se supo que no es que se colaran: es que TVE es un coladero. Y por uno de sus infinitos agujeros entró Rubén, que de alma cándida, espontánea y oprimida no tenía nada: se supo que pertenecía a Nuevas Generaciones, los cachorros del Partido Popular, y se había fotografiado con la ídolo marquesa Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso.

Isabel Díaz Ayuso con jóvenes de Nuevas Generaciones / @fonsiloaiza
Cayetana Álvarez de Toledo con gente de Nuevas Generaciones @fonsiloaiza

Ahora, tiempo después, el joven recoge sus frutos. Y también recoge la paguita a cargo de los servicios prestados a la causa anticatalana. Porque el mismo autor de estas imágenes, el periodista y escritor Fonsi Loaiza, explica una jugosa novedad. ¿Saben qué está haciendo, a dónde ha ido a parar este espontáneo testigo que decía barbaridades y falsedades sobre lo que pasa en Catalunya si hablas castellano cuando entras en una tienda? ¡Bingo!: "¿Recuerdan cuando TVE llevó a un supuesto estudiante espontáneo para decir que en "Catalunya no te atienden si hablas castellano"? Almeida del PP lo acaba de colocar como asesor en el Ayuntamiento de Madrid con un sueldo de 57.000 euros sin tener experiencia anterior alguna":

La red está acostumbrada a que según quién no se tape nada ni tenga un mínimo de vergüenza, pero no por este motivo ha dejado de decir la suya:

Una nueva demostración de que las mentiras y la catalanofobia aseguran un sueldo. Una verdadera vergüenza.