La historia de este dos gemelos prematuros tuvo lugar en Stevenage, Inglaterra. Austin y Ava Jayson nacieron después de sólo 27 semanas de gestación -13 semanas antes de lo previsto- lo cual supuso graves problemas para que su bienvenida al mundo fuera posible.

A pesar de estar semanas en la incubadora a causa de importantes dificultades respiratorias, el nivel de oxígeno en sangre de las criaturas no llegaba a los mínimos y el equipo médico del hospital llegó a temer por la vida de los dos bebés. Ava nació con menos de un kilogramo de peso, mientras que su hermano a duras penas lo superaba.

Fue pues cuando su madre, Krystina Jayson, propuso a los médicos que pusieran a los dos hermanos juntos en la misma incubadora. Y así fue.

Desde aquel momento, los dos se empezaron a abrazar y los problemas respiratorios disminuyeron progresivamente. "Fue un milagro y realmente maravilloso ver cómo mejoraban", declaró la madre al diario inglés Daily Mail. Aunque no existe ninguna evidencia científica que explique la mejora de los bebés, sí que hay una teoría denominada "abrazo rescate", que defiende que la frecuencia cardiaca entre hermanos prematuros mejora cuando se abrazan de manera prolongada.

Este no es el primer caso conocido. Uno de los más recordados fue el año 1995 cuando las hermanas Brielle y Kyrie Jackson nacieron con 12 semanas de antelación, salvándose la una en la otra con un largo abrazo.

Más adelante, Ava sufrió un paro cardiaco a causa de una afección de microcardiopatía dilatada que se le diagnosticó posteriormente. Sin embargo, la pequeña se encuentra en correcto estado a día de hoy. La madre destaca que el vínculo entre los dos hermanos siempre ha sido "la mejor medicina".