La sesión de control de los miércoles en el Congreso no es el único campo de batalla de los políticos. Los sábados se tienen que zurrar por twitter. Rajoy aprovecha el fin de semana para hacer campaña electoral con actos populares. Ha ido hasta Zamora para promocionar los pequeños municipios. No les ha financiado mejores comunicaciones sino que se ha vestido con la capa zamorana de la comarca de Aliste. Rajoy ya tiene una pinta extraña en traje, pero con esta prenda es carne de meme.
Gabriel Rufián se debió aburrir el sábado por la tarde y ha buscado uno de aquellos símiles que triunfan en twitter. ¿Recuerdan la saga de Harry Potter? Todos los malos son de una de las casas, la Slytherin. Allí estudiaron Severous Snape, los Mallfoy y la familia Black. Y los del PP:
Muy bien la Casa Slytherin. pic.twitter.com/HwvAhXZBO0
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 14 de abril de 2018
A la red le gustan los memes, las bromas y el cachondeo si son de la propia cuerda. Le han dicho a Rajoy tunero, templario, guardián del muro, illuminati, Drácula, sectario satánico, figurante de Eyes wide shut... Cuando la broma la hace un independentista ya no da risa. Y Rufián ha sacado el chaleco antibalas, que siempre tiene a mano:
Tú eres más de la casa Tarradellas.
— Hugo Álvarez (@Hvarez) 14 de abril de 2018
Rufian, hay que ir vestido en todo momento con el protocolo que manda la ocasión. Por ejemplo, Ud. no puede ir al Congreso con la ropa de limpiar la Vespa.
— Francisco DB Romero (@fromeser1) 14 de abril de 2018
No reiros de Rufián, que tiene un retraso...!
— Leon (@LeonEguino) 14 de abril de 2018
Si Mariano se enfotes de una tradicio de alguna comarca catalana no habría tantas antagallas. A ver si te en ríos de la tradicio de los bueyes, @gabrielrufian. https://t.co/AEKYTbwci9
— Andreu del Sud (@ndr_agbo) 14 de abril de 2018
Rufián tiene 574 mil seguidores en twitter. ¿Cuántos de ellos le detestan? Su varita mágica de Harry Potter es el móvil. Hace un tuit y todos pican y se pican. Desde que Pilar Rahola era diputada de ERC en Madrid nunca había habido un sucesor de su escaño tan detestado.