Estamos a pocas horas para que llegue un nuevo 1 de octubre. Cinco años después de lo que pasó ahora hace cinco años, el ambiente, cuando menos, en el Govern, está más enrarecido que nunca: cuestiones de confianza al presidente Pere Aragonès si los pactos no se cumplían, el vicepresidente Puigneró cesado por Aragonès y la relación entre Junts y ERC que pasa por su peor momento desde que son socios de Govern. Veremos qué pasará en los próximos días y qué pasará y qué dirán este sábado cuando se celebre el primero de octubre en Catalunya. Preparémonos para declaraciones y más declaraciones de los unos y los otros. Nadie como Jordi Basté lo puede haber resumido de la mejor manera como lo ha hecho él: "Al día siguiente del 1 de Octubre empezó la bajada, la gran batalla. Oriol Junqueras contra Carles Puigdemont. La granizada. Desde entonces, la guerra de Sucesión. No se aguantan, con todos los matices que queráis. Hablas con los unos y te destrozan a los otros. Hablas con los otros y te trinchan a los unos. En política se puede hacer de todo menos el ridículo. El problema es que en todo el país y, especialmente, a los que votaron el 1 de Octubre hoy les cae la cara de vergüenza. No hay mejor metáfora para conmemorar el 1 de Octubre político que el lodazal que nos están ofreciendo. De aquello a esto. De un 1 de Octubre del 2017 que fue indómito a uno del 2022 que está siendo un vómito".

Pere Aragonès y Jordi Puigneró / Foto: Montse Giralt

Quizás todo se resolvería (ojalá, pero lamentablemente, eso no pasará), con los políticos de las dos formaciones sentados en torno a una mesa, ante un gran festín, y limando asperezas con la panza llena, un buen plato en mesa y un buen vino. Una comida de hermandad que no llegará. Todo lo contrario. Ya que hablamos de cocina, las dos formaciones más bien tienen tendencia a lanzarse los platos a la cabeza y donde los cuchillos van que vuelan. Una lástima. Pero en una realidad paralela utópica, si este festín de reconciliación llegara, no sabemos cuál sería el menú que degustarían, si la cosa iría de ratafía, crema catalana, esqueixada y butifarra. Pero lo que tenemos claro es lo que no podría faltar: un buen pan con tomate, como es debido en cualquier buena comida catalana. Y en este sentido, tenemos claro cuál y de dónde sería el pan que se utilizaría. Hablamos del de una panadería del barrio de Sants de Barcelona, la tradicional Baltà, en la calle de Sants.

Forn Baltà / @forn_balta
Forn Baltà / @forn_balta

Tradicionalmente, en esta panadería tienen muy claro que la independencia quizás tiene muchos ingredientes necesarios para llevarse a cabo, pero sin duda, lo que no puede faltar son la harina de trigo, el agua o la sal. Y más, si después de pasar por las manos de los panaderos y panaderas tiene un aspecto como el de algunos de los productos que han popularizado en sus estantes, como el pan de cuatro barras, de sobrasada y queso, o con la estelada, o la coca de crema.

Forn Baltà / @forn_balta
Forn Baltà / @forn_balta
Forn Baltà / @forn_balta
Forn Baltà / @forn_balta

Pero no han sido estos productos los que han hecho aplaudir con las orejas a los usuarios de la red y muchos catalanes. Es otra imagen que ya pusieron en práctica tiempo atrás, pero que este año han vuelto a mostrar. Una imagen sensacional, especialmente con respecto a naming. Un hallazgo que ha despertado una sonrisa en buena parte de los clientes. Porque a las puertas de un nuevo 1 de octubre, vuelven a preguntar a la clientela: "¿Queréis restregar el tomate en un pan independiente?". Lo mejor, sin embargo, es el nombre como han bautizado la ocurrencia: "Refreguèmlum 1-oct"...:

La red, con unos ojos como platos. O en este caso, como panes.