El 2022 ha llegado con una constante que ya venía con fuerza los últimos tiempos: el odio indisimulado por parte del españolismo más rancio contra todo lo que huela a catalán. Los ultras siguen empeñados en la espiral de mentiras, intoxicación y ataques lamentables contra nuestra lengua.
Ni se esconden ni evitan las falsedades. Nueve días del 2022 han tardado en ponerse las manos a la cabeza y en vomitar su odio. Ahora, por lo que ha pasado en un concurso impecable, Atrapa'm si pots, y por lo que dijo, encertadísimamente, su excelente presentador, Llucià Ferrer.
Pregunta Ferrer a una de las participantes: "¿De qué cereal está hecha la pasta más tradicional en Italia"?. Y la niña pregunta si puede responder en castellano. El presentador le dice que, evidentemente, no. Es un concurso en catalán sobre léxico catalán. Una cosa tan sencilla como esta. A la niña no le venía a la cabeza que trigo se dice blat en catalán. Ningún problema.
Pero mientras la concursante lo entendía, los que no, o los que sí lo entienden, pero lo aprovechan para hacer comentarios nauseabundos, son gente como Inés Arrimadas: "En TV3 entrevistan a Otegi y 'bromean' con agredir a Guardias Civiles pero les parece intolerable responder en castellano en un programa infantil: “¡Eso sí que no!”, dice el presentador. Lo peor es la burla final del 'trig'. Cientos de millones de dinero público para pagar esto".
El sopapo que le dedicó Xavier Sala-i-Martín, todavía resuena:
El ridículo de los catalanófobos no es sólo eso: es, sobre todo, mala fe. Ganas de hacer daño. Y si por el medio hay niños pequeños, tanto les da. Quien ahora no se ha callado, después de la polémica, ha sido el director del espacio, el querido Espartac Peran.
Peran alucina y lamenta, tal como ha verbalizado en El matí de Catalunya Ràdio con Laura Rosel, que "El objetivo es hacer daño. No importan ni las víctimas ni la sangre que se pierde por el camino. No les sabe mal utilizar a una menor con el fin de avivar su discurso de odio y de confrontación. Y sólo es eso lo que les importa".
Tiene toda la razón. Es triste tener que recordar que "saben sobradamente que lo que pasó en el 'Atrapa'm si pots' es normal. Aquí, en la televisión pública del país, hablamos en catalán y los centenares de concursos que se hacen desde el estado español hablan en castellano".
Peran lamenta que han utilizado a la niña que no supo decir "blat" y sólo le salía "trigo": "Sus padres la acompañaron como todos los niños y niñas que vienen al concurso, se lo pasaron de coña en la grabación y ahora tienen que ver, enfadados, cómo utilizan políticamente a su hija. Y los que lo hacen no han sido ni capaces de ver que la inmersión lingüística, que tanto critican, en este caso ha fallado".
El presentador y director dice que ya pasaban cosas similares con El bocamoll, pero lo que lo indigna ahora es que "no puedo entender cómo algunos políticos de la extrema derecha utilizan un concurso de tele y una niña para seguir quemando todo aquello que huela a catalán". Se entiende perfectamente, y él mismo lo responde con las primeras palabras que él mismo ha dicho: El objetivo es hacer daño.