El Nacional ha explicado e ilustrado los años claves de Catalunya gracias a su equipo de periodistas (redactores y gráficos) que han enseñado todas las caras del procés. Nuestro fotógrafo Sergi Alcàzar ha retratado a Carles Puigdemont en multitud de ocasiones, pero nos reconoce que nunca pensó dónde acabaría una de sus mejores fotos. La hizo durante una entrevista en el Palau de la Generalitat y se publicó en un perfil que hizo Marta Lasalas en marzo del 2016. El momento en que se tomó la fotografía demuestra el ademán circunspecto del president que ha acabado donde nunca habría querido. Estos son, en exclusiva, el momento de hacerla y la foto original publicada en El Nacional:
Sergi Alcàzar
El primer plano del president, en blanco y negro, con una mirada intensa y en alta definición es la imagen que ha seducido a un joven catalán de 19 años, que prefiere mantener el anonimato, para tatuársela en el culo. Concretamente en la nalga derecha. El Periódico habló con él y explica que no es independentista. Ni a favor ni en contra. Literalmente dice: "Me la pela, soy apolítico loco". El tatuador es de Barcelona y se llama Coreh López. Sospechaba que sería "una locura y que no se hará". Pero el resultado está en su Instagram:
El joven, que parece de Sant Adrià del Besòs por las vistas a la central térmica donde se ha grabado y pixelado, justifica el tatuaje. Desde que Ana Rosa filtró mensajes del president a Toni Comín el chico lo interpreta así: "Decía que se rajaba, que se desmarcaba del plan y era el momento perfecto" para tatuárselo. El tatuador le enseña diferentes fotos y el joven admira una: "Buah, qué pelazo tiene el tío. La foto es perfecta, mira qué ojos tiene, pone cara de que te va a hacer la vaina". Es decir, cara de que te birlará. "Tiene cara de jujas". Argot para expertos. Escogida la foto de El Nacional en internet, le afeita la nalga con una gillete y se la tatúa. En el vídeo aparece desde el calzoncillo rosa a puntos negros hasta el resultado final:
Impagable cuando el tatuador le dice al joven fan de Puigdemont "¿Estás apretando el culo?" para evitar que el dibujo salga movido. Más de cuatro horas boca abajo para tener al president en el culo para siempre. Los colegas lo visitan y le preguntan: "¿El culete pica, no?". Y admiran el resultado final que el chico no puede ver pero el resto del mundo sí: "Fino, filipino". "Parece que Puigdemont te vaya a comer". El tatuador le expresa un deseo extraño: "Disfrútalo". (?). Que el chico tatuado no es un unionista radical lo demuestra su deseo a Puigdemont: "Le diría que se cuide y que haga lo que tenga que hacer. Que vaya siempre p'alante y con todo".