Quizás se han dado cuenta del detalle del encabezamiento de este humilde artículo de entretenimiento... y de denuncia. Pertenece al epígrafe de 'Políticos', pero claro: el protagonista es Toni Cantó. Y llamarle político al valenciano es ofensivo para su profesión. Podríamos haber creado una nueva categoría que se llamara 'Chiringuitos', 'Mamandurrias', o sencillamente 'Jetas'. Pero vaya, que nos ha podido la corrección, el formalismo. Todo eso que le falta a Toni, aparte de conocimientos sobre la lengua castellana, único sujeto que llena de contenido su empleo de 75.000 euros al año en la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso: director de la Oficina del Español. Con Cantó nunca se sabe si lo que hace, dice, escribe o piensa va en serio o es la broma de un bufón. Es demasiado fuerte para ser verdad.
¿A qué dedica su tiempo el ex de UPD, Ciudadanos, actual pepero y futuro fichaje de VOX (no tardará mucho, ya verán) en esta oficina tan particular? Pues es sencillo: a mirar y escribir tuits. Toda la jornada laboral, es decir, 2 o 3 horitas de vez en cuando. Total, la actividad de la "institución" es inexistente e irrisoria, como su capo. Lo que no hará es tocar un libro de gramática, ortografía o sintaxis castellana. Ni tan solo un pequeño diccionario de bolsillo. Le debe dar alergia. O peor: quizás la lectura de estos ejemplares le hace subir los colores y multiplica su síndrome del impostor. No tiene ni idea. Desde el primer día no ha dejado de tuitear absurdidades llenas de errores ortográficos. Y así sigue.
La última muestra es de traca, pañuelo y vuelta al ruedo. No pediremos que le corten las orejas y otra extremidad porque somos enemigos del maltrato animal. Nadie se lo merece. Tampoco el caballo que el diario 'El Mundo' escogió como compañía de Cantó para ilustrar una entrevista sobre su libro de memorias, una recopilación de mentiras y propaganda facha patético. La cara del animal es enternecedora, grita socorro con los ojos. También puede ser interpretada como de estupefacción absoluta, la misma que se te queda cuando lees la respuesta dirigida a Gabriel Rufián por el tema del busto de Felipe VI, la esperpéntica estatua de 110.000 € que luce en la sede del ejecutivo regional. Miren el tuit y después, como si esto fuera un aula, hacemos un comentario de texto. Spoiler: Toni va a septiembre. Suspenso.
El texto del valenciano sirve para escupir al independentismo, al republicanismo y a TV3, sus grandes terrores nocturnos. Faltaba el catalán para hacer pleno al quince. Leyéndolo te planteas dos cosas: o el autor no aprobó nunca la asignatura de lengua castellana en EGB, o quizás es un ácrata disfrazado de constitucionalista. Es decir, seguidor de una doctrina que propugna la supresión de toda autoridad. En este caso, la Jefatura del Estado. Si, la Casa Real. Felipe VI, y tal. Nada de mayúsculas que no son tan importantes, a pesar de trarse todo el santo día haciéndoles la rosca. Escribe "casa real" y se queda tan ancho. Va, le haremos un favor y le recordaremos que "los nombras de las instituciones oficiales se escriben con inicial mayúscula". Incluso su 'Oficina del Español', a pesar de su menudencia e insignificancia. Qué caso, el de Cantó.
Es "Casa Real", con mayúsculas. Los madrileños le pagan a @Tonicanto1 75.000 euros al año por lo que sea que haga en el chiringuito del español y sigue sin saber escribirlo. https://t.co/fEgV5MkcBl
— Rubén Sánchez (@RubenSanchezTW) June 16, 2022
Crear un chiringo y poner al frente a un analfabeto para competir contra el Instituto Cervantes, es muy de Ayuso.
— Mr. Miyagi (@pluggelboss) June 16, 2022
Solo sabe de cambiar de chaqueta para pasar calentito los inviernos.
— Doña U22aca (@autoestropista) June 16, 2022
Ya que Toni en realidad es actor, le recordaremos la frase de un colega con mucho más éxito que él y que le va como un guante: es la del personaje de Antonio Recio en 'La que se avecina', del querido Jordi Sánchez: "En el sótano de tu fracaso siempre hay una planta más".