Si no lo han visitado nunca, están perdiendo el tiempo. Es como ser de Barcelona y no haber entrado nunca a La Pedrera, por poner sólo un ejemplo. Hablamos del Passadís del Pep, un templo de la gastronomía barcelonesa que celebra 40 años de historia. Y qué historia. El Passadís nació un 14 de noviembre de 1979 de la mano de los hermanos Joan y Pep Manubens. Ellos no eran conscientes, pero estaban dando los primeros pasos de un concepto revolucionario, nunca visto en la ciudad. Un restaurante escondido en el pasillo de un portal de Pla de Palau, sin ningún cartel que indicara su ubicación, y lo más importante: sin carta. Los comensales se ponen, todavía hoy en día, en manos de la casa. Y la fórmula no sólo tuvo éxito: lo convirtió en lugar de visita obligada de los bon vivants locales e internacionales. 4 décadas más tarde el Passadís sigue fiel al estilo implantado por Joan Manubens padre, desaparecido en 2017 pero que se sentiría orgulloso al ver a su hijo Joan haciéndose cargo de la casa.
El establecimiento, el primer speakeasy de la ciudad, cuenta con una lista de clientes infinita, que han ido compartiendo la excelencia de su cocina por el método más efectivo: el boca a oreja. Este mecanismo es el que ha llevado a personajes ilustres de todo el mundo hacer una parada obligada en su comedor. La creme de la creme, como explica emocionado Joan hijo: desde Francis Ford Coppola, amigo personal del padre y que en 2015, cuando recibió el premio Princesa de Asturias, dejó Oviedo durante unas horas para cenar en el Passadís, pasando por Joan Manel Serrat y Joan Barril, que hacían comidas épicas cada viernes, Esteve Rabat, Eugenio, Antoni Tàpies, Vázquez Montalbán, George Clooney, Gerard Piqué, Woody Allen... incluso Donald Trump se ha puesto las botas en el Passadís. Todos ellos quedaban maravillados con la cocina sencilla pero de producto excepcional del restaurante (cigalas, gamba roja, cap i pota...), donde destaca el plato sorpresa secreto de su creador, que hemos podido degustar en una comida homenaje: un huevo frito con patatas fritas y una cucharada de caviar.
Si los 40 primeros años de vida del Passadís han sido extraordinarios, las expectativas de futuro invitan al optimismo. Joan Manubens no sólo está orgulloso de la historia de su familia, sino que quiere seguir agrandándola. No tenemos ningún tipo de duda de que así será, y que seguirá acogiendo a famosos muy famosos que quieran comer como verdaderas estrellas cuando pasan por Barcelona. Rosalía, ve reservando mesa.