La cara del actor y director Miquel Ripeu es muy reconocible para el público, especialmente catalán. Ha participado en diferentes programas y series de Televisión de Catalunya, como Crackòvia, Lo Cartanyà o Polònia. Pero también lo hemos visto en Homo zapping o en numerosas obras de teatro.
Este lunes, como muchos millones de personas, fue uno de los espectadores que asistieron impertérritos a un debate a cinco entre los principales candidatos a las elecciones del próximo domingo.
Un debate donde, no lo olvidemos, había alguien como Santiago Abascal diciendo una tontería tras otra con una normalidad aceptada por parte del resto de participantes, que da pavor. Vox puede tener los diputados que quiera, lo pueden votar los hiperventilados que sea, puede pactar con PP y Cs en Andalucía y bla, bla, bla. Pero que nadie olvide los mensajes que sueltan los representantes ultras por la boca. Y muy a menudo, en lugar de recordarlo, se hace la vista gorda o se mira hacia otro lado. Lamentablemente, sorprende cuando Aitor Esteban le hace la cobra a Espinosa de los Monteros y se niega a darle la mano, cuándo es lo mínimo que tendría que hacer todo el mundo ante una formación fascista, racista y homófoba.
Si Ripeu hubiera sido candidato a la presidencia, y hubiera estado ayer en el debate, como mínimo, habría hecho lo mismo que Esteban. Y no cuesta imaginar que le hubiera dicho algo más a Santiago Abascal si lo hubiera tenido en frente. Lo ha hecho vía tuit, después de ver al líder de Vox como si estuviera en el comedor de su casa, vomitando barbaridades ("el 70% de los imputados por delitos sexuales son extranjeros", "¿Cómo van a atender a los españoles en situación de necesidad si atienden primero a los que son de fuera?") y sin que nadie, ni los periodistas ni sus oponentes, con alguna excepción, le leyera la cartilla.
El aviso que a este paso, la normalización de la ultra derecha afectará a todo el mundo, independientemente de ser uno de los racializados por Abascal y compañía, tendría que hacer reflexionar a más de uno. Me sabe mal por Ripeu, pero mucho nos tememos que personajes abyectos como los representantes de Vox seguirán yendo como si nada a debates, a El hormiguero o a El programa de Ana Rosa, y lo que es peor, muchos les seguirán riendo las gracias.