La actriz Beatriz Rico, aparte de un talento innegable para la interpretación, es también una persona que tiene la sana virtud de hacer y decir lo que le sale del moño, y a menudo se las ha tenido con impresentables en redes que le han querido buscar las cosquillas. Pero a mí, plim, debe pensar ella. La intérprete asturiana lleva ya muchos años forjándose una sólida carrera delante de cámaras y encima de los escenarios. Lo testifican sus películas, obras y series como Historia de un beso, Tiovivo c. 1950, Si yo fuera rico, A las once en casa, Jacinto Durante, representante, 7 vidas, Un paso adelante, Ellas y el sexo débil, Manolo y Benito Corporeision, La que se avecina, Don Juan Tenorio, Los 39 escalones, Swingers o Palabras encadenadas, Remátame otra vez, o como ahora, con Antas muerta que convicta, que la ha llevado este fin de semana a Almería, a actuar en Mojácar y Vera.
Un espectáculo para reír y desconectar, se dice de la obra. Y desconectar es lo que ha querido hacer con su chico mientras no estaba encima del escenario. En el cartel de la obra la ven con uno de las habituales monos de presidiaria, de color naranja. Pero donde ha ido no le hacían falta ni monos, ni pantalones, ni camisetas ni ninguna prenda de ropa. Ella misma explica que "Maridín y yo nos hemos venido a la zona de Mojácar-Vera-Garrucha porque este finde tengo funciones aquí. Vale, pues dijimos: “nos vamos a buscar un hotel al lado del mar, que mola mucho despertarse y verlo. Y mira por dónde, encontramos unos bungalows preciosos, con piscina exterior y otra interior, con vegetación bonita y frondosa y justo en la playa". Al llegar, hacía sol y calor, y había gente en la playa... "Bastante. Todos en pelotas. Tomando el sol, jugando al boley o paseando. Pues muy bien, oye, viva lo natural y los pitos giratorios en el aire con tanto salto".
"Entre pitos y flautas ya nos dimos cuenta de que estábamos en una comuna nudista. El cartel que hay afuera de prohibido usar bañador ya nos había dado alguna pista, claro. En fin, que al hacer la reserva vimos las fotos y los comentarios, reservamos y aquí que llegamos, felices y vestidos". Rico se hubiera querido zambullir, "pero claro, tengo que ir yo también en pelotas. Y eso no. No es noñez ni nada parecido, eh? Es vergüenza, sin más. No me atrevo a meterme desnuda en una piscina con más gente desnuda, qué le vamos a hacer. Así que los veo ahí felices, chapoteando en el agua o en la tumbona con el culo moreno y me da envidia, pero mientras la envidia no supere a la vergüenza, aquí me quedo, como una boba. Maridín también sigue vestido. Aquí estamos, en el bungalow. Vestidos y envidiosos".
Después, función en el teatro. Y allí, en el camerino, la actriz ha sorprendido con una curiosa imagen colgada en un stories. Y es que al verse, se ha dado cuenta de que tiene un bíceps que ríete de Schwarzenegger. Ella, orgullosa, dice que "Lo siento, tengo que enseñaros esto. Mi vigorexia me empuja. Que me estoy cambiando en el camerino y MIRA qué bíceps. Miiira qué hombro. Voy mamadísima. Si te doy una h**** te empadrono en Bilbao, perdona".
Beatriz Rico, sensacional.