Coincidió en los juvenil del Barça de baloncesto con Marc Gasol, estudió periodismo, pero hace 17 años que su vida es la música. Cantante y compositor, ha publicado 10 discos, ha dado más de 1000 conciertos y ha actuado en más de treinta países con su grupo La Pegatina. Adrià Salas, uno de los grandes de la música actual.
Salas es de aquellos músicos que aparte de ser un genio haciendo aquello que más le gusta, se le entiende todo. Cuándo canta, y cuándo habla. Porque el alma de La Pegatina se expresa encima de unos escenarios y hablando, como en este caso, delante de Gabriel Rufián en una nueva entrega de La fábrica. Han hablado de música, de artistas... Pero también de lo que hacen (o no hacen) los gobiernos por ellos. ¿Sorprendido con los que mandan? "No. Pero sí decepcionado. Es mucho el cúmulo de decepciones de los diferentes gobiernos, tanto si son de izquierdas como de derechas, siempre dejan a la cultura lo último".
¿Cosa de España? "Nosotros siempre nos hemos sentido más artistas cuando hemos salido de España". Han hablado de derechos, de crear, de baloncesto, de música, de política y de derecho a decidir. También de sorprendentes confesiones. Un día, estando en casa de los Taburete, grupo de música que tradicionalmente se ha asociado a las juventudes peperas, explica que su líder, Willy Bárcenas, le confesó: "Es que la derecha en este país se ha cargado la cultura. Y dije... Un momento, ¿dónde estoy? Porqué fuimos allí con el chip de no hablar de política". O cuándo confiesa que el tema que cantó Miki Núñez en Eurovisión, La venda, escrita por él, tenía otro título y letra "más política".
Se iba a llamar "'Alevosía', y tenía un punto reivindicativo, hablando de la corrupción política". Rufián alucina: "¿La canción que representa a España en el Festival de Eurovisión habla de que se te caiga la venda ante tanta corrupción"?. Salas, por cierto, se negó a ir donde se celebraba el certamen, Israel: "¿Cómo voy a ir a un país que atenta contra los derechos humanos?... Pero España también. Con el tema de Catalunya se lo pasaron por el forro. En España no hay libertad de expresión". Salas se pone serio: "Hay censura contra todo el que piense diferente: los titiriteros, los del AVE de Murcia, músicos como César Strawberry o Valtonyc". Sobre votar: "Si se hubiera dejado votar probablemente hubiera pasado como en escocia o el Quebec, no habría habido suficientes votos para el sí, pero todos sabríamos que es lo que se ha votado".
Salas fue a votar. Votó "Sí". "Tenía resaca ese día, pero vi en la tele las hostias y me fui a Montcada y dije: 'Ya por dignidad, voto que Sí". El compositor de La Pegatina también ha revelado que escribe y habla en catalán y castellano, depende de con quien, pero es muy curioso que "normalmente escribo más en castellano para La Pegatina porque considero que es más de coña y fiesta, pero cuando escribo en catalán, mucho menos, es porque me toca el ámbito privado, más íntimo". ¿Y sobre la tontería del castellano perseguido en Catalunya?: "La gente que no ha vivido este bilingüismo no lo puede entender. Les debe dar miedo. Lo que es obvio es que el catalán, como todas las lenguas pequeñas, está en peligro de extinción".
Una conversación deliciosa.