El enésimo esperpento del PP lo ha protagonizado esta mañana de miércoles Pablo Casado en el Congreso de los Diputados. El todavía líder de los populares ha ido al hemiciclo, pero a duras penas ha estado diez minutos. A media pregunta, se ha levantado del escaño y se ha marchado, acompañado de sus pocos fieles que le quedan: Pablo Montesinos, Antonio González Terol y Ana Beltrán. Irónicamente, después de su primera y única intervención, lo ha aplaudido todo su grupo parlamentario. El mismo grupo parlamentario que le ha clavado la puñalada por la espalda y le ha enseñado la puerta de salida, abandonándolo en las últimas horas para pedir un congreso extraordinario. Pablo Casado ha acabado cediendo a las presiones, ha entregado en bandeja la cabeza de su mano derecha y secretario general, Teodoro García Egea, que presentó la dimisión y marcha con el rabo entre las piernas de un partido que en breve tendrá que escoger a un nuevo líder, aunque, de facto, está claro que la líder es una Isabel Díaz Ayuso que sale reforzada a pesar del escándalo de su hermano.
El show patético del PP parece no tener fin. Porque parece una broma que después de lo que ha pasado con el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, ahora un abogado haya denunciado al líder del PP, Pablo Casado, y a su mano derecha y exsecretario general del partido, Teodoro García Egea, por un presunto delito de revelación de secretos en la supuesta investigación que Génova encargó contra Ayuso. El escrito que ha avanzado TheObjective, asegura que Casado y García Egea destaparon información confidencial "contra personas desconocidas" por el suministro de datos de la Agencia Tributaria que afectan al hermano de Ayuso. Quien ahora se ha pronunciado sobre el paripé de los populares ha sido una persona a la que hay que escuchar cada vez que se pronuncia, Albert Pla.
El cantautor catalán suele regalar a los oyentes de Catalunya Ràdio algunas intervenciones memorables sobre la vida y milagros de los Borbones y sus antepasados. Pero cuando hay que comentar la actualidad política, también lo hace. Y de qué manera. Pla ha acabado de hundir un partido, y sobre todo, un país que a menudo queda cegado por las promesas y sonrisas hipócritas de la derecha más rancia de España. Un país que Pla define con dos palabras demoledoras cargadas de sarcasmo: "País fantástico". El cantante no se queda aquí y alucina por lo que ha pasado en las últimas horas en el Congreso de los Diputados y en la sede del PP de Madrid: "Denuncias a un persona de tu partido por corrupción y te echan por chivato".
Pla, una vez más, diciendo lo que toca, cuándo toca. La red se ha abonado:
Como diría un ilustre popular, Manuel Fraga Iribarne, y como pregonaba el PP en los años sesenta, Spain is different.