Los que acostumbran a escuchar sus canciones hace muchos años que saben que Albert Pla no sólo es uno de los cantautores con más personalidad del panorama musical, sino que sus letras son oro puro. Ahora, muchos están descubriendo el inmenso talento que tiene el de Sabadell a la hora de escribir gracias a sus artículos en el diario Público. El retrato irónico que hizo de Rufián, donde en realidad a quién pintaba la cara era a sus detractores, es para enmarcar. Pla habla a menudo de su tierra y de una Catalunya que le haría gracia que se independizara, "por probar", como dijo en una entrevista a El Mundo, que le quiso buscar las cosquillas -sin éxito- preguntándole cosas como "¿ser catalán también te da asco?". Eso venía a colación de que también habla muchas veces de una España que por mucho que algunos se empeñen en decir que la odia, por el simple hecho de que hubiera escrito una novela que se llamaba España de mierda, nada más lejos de la realidad.
Ahora ha vuelto a hablar de las dos, Catalunya y España. En Público ha escrito un artículo que lleva el explícito título de "Nacionalista catalán, nacionalista español". Un retrato ácido sobre esta sensación que percibe en el ambiente peninsular: "me parece que el nacionalismo castellano arrasa en España. Los castellanos ocultan su nacionalismo, y saca a relucir las vergüenzas de los otros nacionalismos". Para argumentarlo, va enumerando una serie de cuestiones vistas desde el prisma del españolismo más patriótico sobre las diferencias de criterio que se aplican a los sentimientos nacionalistas en función de donde provienen.
Del nacionalismo, propiamente dicho, dice verdades como puños: "Si un catalán dice que ama Catalunya, es un nacionalista. En cambio, si un español dice que es español, y que ama España, es lo normal. Si un catalán dice que ama Catalunya, quiere decir es una persona que odia a todo el mundo menos a los catalanes. Pero un español que ama España, no es nacionalista, porque es una persona que ama a España y, cuando se ama España, se ama a todo el mundo". Pla resumiendo magistralmente lo que pasa en España con un par de frases. Pero hay muchas más.
Sobre la lengua es donde suelta más perlas: "Si un catalán habla catalán, es por que odia a las demás lenguas. Si un español habla español es lo normal. Si un español habla castellano es para entenderse con todo el mundo. Pero si un catalán habla catalán, es para que nadie pueda entenderlo. Que un español le diga a un catalán que hable en castellano es lógico. Pero que un catalán le diga a un castellano que hable catalán, es intolerable. De momento, no conozco ni un catalán que no sepa hablar el castellano. Pero conozco muchos catalanes que no hablan el catalán. Y nadie se espanta". Y sobre los sentimientos, ¿cuántas veces algún lector se habrá encontrado con esta situación que dibuja Pla?: "Sentirse español es lo normal, sentirse catalán, es el resultado de un lavado de cerebro y de una educación corrupta. Porque los nacionalistas catalanes manipulan la historia para glorificar Catalunya, en cambio ningún español jamás ha manipulado la historia para glorificar España". Que le pregunten al ABC.
¿Y las banderas? ¡Ay, las banderas! Qué diferente es el relato españolista si la que ondea al viento es una bandera catalana -ya no digamos, una estelada- o una rojigualda: "La bandera catalana es producto del nacionalismo catalán, pero la bandera española es un símbolo internacional de libertad en el mundo entero. Si un catalán ondea según que bandera catalana puede ser hasta ilegal, pero que ondee una bandera española en Afganistán, es lo normal. Nada que ver con el nacionalismo. Es otro mensaje profundamente español no nacionalista de paz i amor universal". O esta otra mención: "Si un catalán gana una medalla olímpica u enarbola la bandera catalana es un nacionalista radical racista. Si un español gana y enarbola la bandera española es normal. Es más, los españoles no aplauden a los atletas españoles porque sean españoles, sino porque son grandes atletas".
El músico y escritor aprovecha también para cargar con finezza contra todos aquellos que estuvieron a punto de convulsionar cuando escribió su libro con el título tan explícito: "Si un catalán dice que España es una mierda, es casi un delito. Pero si a diario miles de españoles dicen que Catalunya es una mierda, es porque es normal que los españoles se expresen libremente".
Y la conclusión final a la que llega el autor, es todavía más rotunda que el resto del artículo: "Ser catalán es una ideología de regímenes totalitarios del pasado. Ser español es mi naturaleza, un orgullo, un privilegio, incluso a veces creo que soy español por gracia divina. Igual me equivoco, porque claro, pienso en catalán, pero pienso que la lengua catalana debería ser defendida por la totalidad de los españoles. El catalán es una lengua preciosa, un tesoro que debería ser mimado y no insultado y despreciado. Pero, tristemente, seguro que muchos españoles leen este artículo y se piensan que odio España y el castellano". Claro y catalán... y en castellano. Pero desgraciadamente, el último pensamiento de Albert Pla es toda una realidad.