Es una de las parejas más mediáticas, pero también la más opaca y misteriosa. Quizás por eso el universo del cotilleo intenta averiguar qué narices pasa entre ellos. Hablamos de una cantante que arrasa como Malú y de un hombre que es un mago en todo el contrario: convertir el éxito en fracaso y esperpento con sus cantadas. Sí, Albert Rivera. Tiene un currículum profesional de traca: de ser la "gran esperanza blanca" de la política española (y del anticatalanismo más abyecto) a hundir el partido que fundó, a echarle del trabajo en un despacho de abogados por zángano (lo dice la empresa, no nosotros), a ser el hazmerreír con su libro de memorias, y ya ni hablamos de su empleo como director de máster de liderazgo. Ahora lo intenta con una consultoría, a ver cómo le va. Se admiten apuestas.
En cuanto al apartado personal y sentimental tampoco es que le vaya mucho mejor. Sus relaciones no le duran mucho, excepto su exmujer, Mariona Saperas, con la que estuvo 13 años casado y tiene una hija. Después vendría Beatriz Tajuelo, con la que no acabó bien, y desde 2018 está con Malú. O estaba. Hace mucho, pero que mucho tiempo que no los vemos juntos, más o menos desde 2020, cuando nació la hija que tienen en común, Lucía. No hay confirmación oficial de separación, pero tampoco ninguna imagen que diga lo contrario. Empate.
Malú, de vacaciones en Algeciras sin su hombre ni su padre (desesperado)
De las pocas cosas que trascienden de la pareja es que actualmente se encuentran muy lejos el uno del otro. Más o menos a 700 kilómetros, la distancia entre Madrid y Algeciras. La artista está pasando unos días en la tierra natal de su familia, de vacaciones, antes de volver a subir a un escenario en la gira "Mil Batallas Tour" el próximo día 16 en Mallorca. Albert no la ha acompañado, tampoco a su hija. La cantante pasa de los hombres de su vida: su pareja y su propio padre, Pepe de Lucía, quien deja mensajes estremecedores en la cuenta de Instagram de su hija, suplicando verla ni que sea un rato. No hay respuesta. Un vacío feo como una casa, cancelado. Incluso 'ghosting'. Dos fantasmas en la vida de Malú.
Albert Rivera, solo en la ópera sin Malú
Tampoco parece que Rivera esté dejándose la piel para silenciar los rumores y demostrar públicamente su compromiso, dedicación y afecto por su presunta pareja. Va a su rollo, como ha hecho siempre. Vive eternamente 'de Rodríguez' y así lo vemos en las fotografías: más solo que la una. Como por ejemplo este pasado martes por la noche en el Teatro Real de Madrid, donde ha asistido a un espectáculo musical con Marcos de Quinto, que es como ir solo. No era un concierto, no, sino una ópera: el estreno de 'Nabucco', que reunió a socialités de primera. Por ejemplo, a una de las parejas sobre la que sobrevuela una crisis que intentan tapar por todos los medios posibles, como Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa. Albert, gran amigo del escritor Nobel y ultra españolista, no le importa tanto el qué dirán, y pasa de hacer ningún movimiento hacia Malú y su situación afectiva. La foto en la ópera, quiera o no, alimenta el runrún de la separación.
El horizonte, por cierto, no ofrece una perspectiva mucho más optimista: Malú quiere marcharse a los EE.UU. y tiene proyectos para establecerse allí. Todavía más lejos de Rivera, vaya. Veremos cómo acaba la historia.