11 nominaciones, escogida como candidata de España a los Oscar, única película española ganadora del Oso de Oro en Berlín... y 0 Goyas. Ni uno solo. Nada de nada. Alcarràs se ha marchado con las manos vacías en la 37.ª edición de los premios de cine español que se han entregado este sábado en Sevilla. Los iluminados de la academia del cine española han decidido que Alcarràs debía ser Alca-res. 'Res', nada en catalán. Ninguno. Ni un miserable Goya. Un auténtico despropósito que tendría que hacer caer la cara de vergüenza a todos aquellos que han permitido una aberración similar. Sí, la competencia era feroz, As bestas es un trozo de película que arrasó con todo. También son excelentes otros filmes que sí se han llevado la escultura con la cabeza de Goya para casa, como Modelo 77, Cinco Lobitos, Cerdita o La consagración de la primavera, pero lo que se ha vivido este sábado es una de las noches más penosas con respecto a justicia a la hora de dar estos premios. El único reconocimiento de la noche para la maravillosa película de Carla Simón vino de parte de uno de los dos presentadores de la gala, Antonio de la Torre, que se dirigió a la directora catalana, en catalán, en el patio de butacas, despertando los aplausos del público en platea.
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Pero nada más. Ni ella, ni la película, ni los actores que optaban a mejor revelación, ni nada de nada. Ni un miserable Goya. La academia decidió que Alcarràs no era merecedora de ningún premio a pesar de la enorme cantidad de Goyas a los que optaba. Los espectadores catalanes, y me atrevería a decir que el resto de espectadores que a pesar de no ser catalanes, tienen un mínimo de criterio y dignidad, se ponían las manos a la cabeza ante el vacío absoluto que se le ha dado a la película de Carla Simón, a pesar del reconocimiento que sí ha tenido más allá de España. Un vacío en forma de 0 Goyas que hace tufo de alguna cosa más.
El actor español Javier Gutiérrez, que optaba al Goya a mejor actor por Modelo 77, resumía el estupor delante de los 0 Goyas para la película de Simón: "Creo que merecía no irse de vacío". No ha sido el único. VIPS del sector, críticos y público en general se han puesto las manos a la cabeza al asistir a una falta de respeto, empatía y sentido común hacia la película de los agricultores de melocotones en la localidad leridana. Indignación e incredulidad eran la tónica general:
Sabemos que no será un consuelo, pero Carla y todo el equipo de Alcarràs, a pesar de no llevarse ningún Goya, han ganado una cosa más importante: el cariño de un público rendido a su obra maestra.