Enésimo domingo de confinamiento. Mientras un montón de catalanes aprovecha las horas de sol y sale a pasear, Bad Gyal se hace fotografías y las publica en Instagram. El mismo día de la polémica con el selfie de Ada Colau en la cama, la cantante de Vilassar de Mar se retrata en su habitación de una manera diferente, aunque con menos controversia que la alcaldesa de Barcelona. Si normalmente se deja ver con la larga peluca rubia que tanto la caracteriza y unas pestañas postizas infinitas, esta vez ha decidido sacárselo todo y mostrar su cara menos habitual. Así es la artista cuando se queda en casa los fines de semana:
"Foto mía sin pestañas ni peluca. Probablemente no vuelva en pasar", bromea. Acostumbrados como tiene a sus fans a verla con una imagen totalmente diferente cuándo actúa encima de un escenario, Bad Gyal sorprende a sus seguidores. Su perfil se inunda de comentarios de followers impresionados. El cambio es sustancial. Aunque queda lejos de la imagen de impacto que dejó hace 3 años cuando fue a los estudios de RAC1 para hacer una entrevista. Aquel día la transformación sí que fue total.