Los fans de Ben Affleck, los que aparte de su (¿talento actoral?) se desviven por su belleza, deben estar pensando que ojalá que le ofrezcan al intérprete protagonizar una nueva película de Batman. Sería la oportunidad de volver a verle sin salir del gimnasio y fibrando su cuerpo hasta tener un aspecto hercúleo.

El amigo íntimo de Matt Damon ha corrido una suerte totalmente opuesta a la de su colega: mientras Damon es uno de los actores más rentables de Hollywood, él no acaba de ganarse el reconocimiento de la crítica y sus películas pasan con más pena que gloria. Su vida sentimental no le ayuda a tener una vida tranquila. Su fallido matrimonio con la también actriz Jennifer Garner no lo ha acabado de digerir, y los flirteos con el alcohol del pasado siempre han sido una alarma con riesgo de encenderse encima de su cabeza.

Daredevil

El pasado domingo, la estrella de Daredevil, Armaggedon o Pearl Harbor, un icono de las películas de acción de finales de los 90 y de los 2000, un hombre que en su día fue considerado de los más atractivos de las nuevas hornadas del cine norteamericano, sorprendía con una imagen muy alejada de la que nos tiene acostumbrado, si bien los últimos tiempos ya se le había visto alguna fotografía con un poco de papada y michelin.

GTRES

Pantalones caídos, camisa por fuera, cara inflada que incluso le cambia el rictus y aspecto de ciudadano de Wisconsin que cuando llega el viernes por la noche entra en un pub a comer nachos con queso y tomar cervezas hasta que no haya un mañana. ¿Dónde ha ido a parar su sex-appeal y su figura estilizada con cara de niño travieso? Entre la inactividad, el abuso del bótox y los retoques estéticos y el matrimonio fallido, no parece el mejor aspecto para conseguir los papeles que antes le daban. La respuesta que esperan sus fans es que se esté preparando para el remake de la película Testigo de cargo, donde interpretaría el papel del orondo y mítico Charles Laughton. Si no es así, Affleck se ha puesto diez años encima con esta imagen tan desmejorada.