Tenía tan sólo 15 años cuando se hizo inmensamente popular en Catalunya interpretando a Max de El cor de la ciutat. Un par de años antes había empezado a trabajar con Lloll Bertran en la mítica Laura. Ahora el actor sabadellense Bernat Quintana ya tiene 34 y, aunque últimamente se lo ha podido ver en Com si fos ahir, la serie de las tardes de TV3, ha construido una carrera artística de éxito más allá de la televisión pública, con un amplio abanico de actuaciones teatrales en obras como Les tres germanes, Cyrano y Somni americà. También hace cine, y no le va nada mal. De hecho, la última película que protagoniza, un thriller de Netflix titulado Boi, que trata de un chófer de Barcelona envuelto en un negocio oscuro y misterioso, ha sido preseleccionada para los premios Goya y los Gaudí, además de los Feroz y los Forqué. Buenas noticias para Quintana en pleno confinamiento. Pero esta no es la única alegría que le ha traído la cuarentena. Tampoco la más importante, ni mucho menos. Y es que en medio de la crisis sanitaria por la Covid-19, el actor ha sido padre de una niña.

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La pequeña Gala nació el pasado 2 de mayo. Ahora que ya ha pasado un mes de su nacimiento, Bernat Quintana y la madre, la también actriz Miranda Gas, lo han comunicado a sus fans a través de una tierna publicación en la cuenta de Instagram del actor. Dulce estampa familiar, con el padre sujetando a la niña en brazos, y texto de bienvenida a su primera hija: "Gracias por enseñarnos que el amor puro existe, y que la felicidad absoluta es posible. Te amamos. Esperamos hacerte tan feliz como tú nos haces a nosotros".

¡Enhorabuena!