Angelina Jolie pedía el divorcio a Brad Pitt en septiembre del año pasado. La actriz presentó los papeles legales, alegando diferencias irreconciliables a raíz de un conflicto sobre sus hijos. Una decisión que tendría que ver con la manera como Brad criaba a los niños.

Fue también ella la primera en hacer declaraciones al respecto, confesando entre lágrimas a la BBC World News el mal momento que estaban pasando: "Somos una familia y siempre lo seremos".

Ahora, ha sido Brad Pitt quien se ha mostrado más sincero que nunca en una extensa entrevista a GQ Style.

El actor ha contestado sin pelos en la lengua y ha confesado que la bebida se convirtió en un problema: El alcohol ayudó a arruinar mi matrimonio. No recuerdo ni un día desde que salí de la universidad en lo que no hubiera tomado alguna cosa". Afirma que cuando formó su familia al lado de Jolie detuvo todo excepto el alcoholismo: "Este último año estaba bebiendo demasiado", llega a asegurar.

Pitt, de 53 años, ha afirmado estar yendo a terapia, lo que le habría ayudado a calificarse a sí mismo como un "retrasado emocional que no sabe mostrar el amor a su familia".

Y es que uno de los principales enfrentamientos entre Brad Pitt i Jolie ha sido la custodia de sus seis hijos. "Fue duro durante un tiempo no saber cuándo podría ver a mis niños. Pero después de eso hemos sido capaces de resolverlo juntos. Los dos lo estamos haciendo lo mejor posible", ha asegurado.

El actor se centra ahora en el próximo estreno de su última película, War Machine, en los cines el 26 de mayo.