"Mamá, ¿me voy a morir?". Ana Obregón dejaba a los espectadores del programa Volverte a ver con el corazón encogido después de esta sobrecogedora confesión, una vez supieron que su hijo Álex Lequio tenía un cáncer. La actriz, su exmarido Alessandro Lequio y el hijo de la pareja se marcharon rápidamente a uno de los centros oncológicos más prestigiosos del mundo, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.

Han sido meses y meses de pruebas, de angustia, de vivir con la incertidumbre, de sufrimiento. El colaborador de Ana Rosa fue yendo y viniendo a Madrid para ir compaginando el apoyo a su hijo con su trabajo. Obregón lo dejó todo por estar 24/7 al lado de su hijo. Hace unas semanas la familia abordó una segunda etapa del tratamiento, y parecía que empezaban a ver la luz al poder seguir las pruebas correspondientes en un hospital de España: "Las noticias que llegan son bastante halagüeñas. Ahora todo depende de su evolución y de lo que le aconsejen los médicos. De entrada, se acabaron para la familia los tantos viajes a Navarra", decía el entorno de la actriz.

@ana_obregon_oficial

Las buenas noticias incluso habían provocado que el paciente apareciera fumando y tomando un gintonic con los amigos, señal que la evolución era favorable. Y ahora, el joven y sus padres parece que todavía tendrán más motivos para brindar.

Porque Ana Obregón ha ido invitada al programa Land Rover Tunai Show de la televisión gallega. La presentadora demostró estar en plena forma y habló de manera muy positiva de sus nuevos proyectos profesionales, y de manera no tan positiva hacia la ex de su ex, una Antonia dell'Ate que a pesar del apoyo para que el joven Lequio saliera adelante, no se ha librado de un zasca por parte de Obregón: "Antonia dice que te adora", le dice el presentador del espacio. "Bueno, si le habéis pagado es posible que llame". Respuesta contundente. Suerte que Obregón estaba blanda...

Land Ropero Tunai Show, TVG

Obregón no quiso entrar en detalles sobre la enfermedad de su hijo, pero en un momento determinado sí que soltó siete palabras que no han pasado desapercibidas: "La pesadilla de mi hijo ha terminado". Parece, pues, que la pesadilla de los Lequio-Obregón ha llegado a su fin y que la familia y el joven empresario pueden dejar atrás una experiencia tan dura como la que han vivido.