La semana pasada se estrenó en TV3 un nuevo programa que lo rompió, con muy buenos resultados de audiencia, de cara a las noches del viernes. Si los últimos tiempos la familia se reunía para ver Eufòria, ahora vuelve a haber un programa musical conducido en esta ocasión por Miki Núñez en solitario. Se trata de Zenit, un concurso donde se busca el mejor cantante intergeneracional. Diferentes cantantes queridísimo por el público catalán, compitiendo en cuatro equipos, la Generación Z, la Generación Y, la Generación X y los Boomers, cada uno con sus capitanes, Suu, Lildami, Gisela y Joan Reig. La semana pasada vimos cantar a gente como Salva Racero, Quim Mandado, Mone, Misty, Natxo Tarrés o Miss Raisa, pero en próximos programas veremos otros cantantes como Mariona Escoda, Julien, Dolo Beltrán, Monica Green o Mercè Martínez.
Uno de los que competirá en próximas ediciones, veremos si este viernes o los siguientes, en el equipo de los boomers, es un actor superlativo, valenciano, de 61 años, que enamoró a toda Catalunya hace muchos años, en 1988, cuando lo vimos encima del escenario interpretando uno de los personajes más icónicos del teatro de casa nuestra, el 'Saïd' de Mar i cel. Imposible olvidar aquel Per què he plorat? con Àngels Gonyalons, papel que repetiría en la siguiente versión, al lado de Elena Gadel, o el himno de los piratas con él al frente del barco. Hablamos del gran Carlos Gramaje:
Gramaje, uno de los intérpretes más descomunales del teatro musical de nuestra casa, a quien aparte del mítico Mar i cel hemos visto en otras obras inolvidables como 'Flor de nit', 'Els pirates', 'Boscos endins', 'Aloma' o 'T'odio amor meu'. Actualmente, a sus 61 años, vive en Premià de Dalt... con su compañero. Y de homosexualidad, de sus experiencias, del colectivo LGTBI+, ha hablado extensamente en una entrevista indispensable en el programa Ja m'entens de Catalunya Ràdio, con David Ávila, que al empezar le deja ir: "Hay mucha gente que se sorprenderá de que Carlos Gramaje, uno de los sex-symbols del teatro catalán, viva con una pareja que sea hombre". Y él responde sincero que "Supongo que sí, pero es un tema que no me ha preocupado nunca en mi vida. Yo empecé siendo hetero, tenía una pareja, Maria José, bastante conocida en el mundo del teatro musical, y ella y yo estuvimos juntos diez años".
"Desde adolescente tenía sueños de sentirme atraído por chicos, por hombres. Entonces pensaba que era una enfermedad, sentía que alguna cosa no iba bien en mí, me rayé muchísimo. Pasé una adolescencia bastante mala. Fue mi pareja quien me dijo: '¿Por qué no lo pruebas'?. Y lo probé. Busqué en el diario un 'chulo', un 'prostituto', no sé cómo se decía en aquella época. Lo probé, me dio asco, me duché diez veces. Huía de eso. Quería tener una vida hetero convencional". La cosa empezó a cambiar cuando se presentó para el papel más icónico de su carrera: "Cuando vine a hacer la prueba de 'Mar i cel', en Barcelona, me empecé a sentir libre. Con un trozo de mujer como Àngels (Gonyalons), me excitaba, tenía un potencial sensual, pero instintivamente iba potenciando los sueños con chicos. Volví a buscar a un hombre en el diario, para experimentar. La primera vez fue divertida, al lado de la Plaza Espanya. Entré en una casa que el chico era mucho feo, un cuerpo espantoso. Me dijo 'No te preocupes, espera un segundo'. Y entró después un chico brutalmente guapo. Fue la primera vez. Creo que puede ayudar a mucha gente. Allí me di cuenta de que aquello me había gustado muchísimo. No era un vicio, era sacarme un trauma".
"Le dije a mi pareja: 'Parece que sí, que no hay vuelta de hoja'. Nos separamos de María José. He tenido etapas de mi vida muy sórdidas, muy promiscuas, cuando no tenía pareja yo buscaba la experimentación que no había tenido en la adolescencia. Recuerdo incursiones en saunas gais, cruising... lo disfruté mucho". Un Carlos que como más cómodo se siente es viviendo en pareja, como ahora, y que reivindica que "se podría hacer un musical con el amor de dos hombres. Hace falta que la gente confíe". Escuchen la conversación porque vale mucho la pena:
Carlos Gramaje, maravilloso.