Uno de los placeres culpables de muchos espectadores es la serie Cobra Kai. Muchos de los que están viéndola tienen la certeza de que es una serie que ni fu ni fa, tontorrona en muchas de sus tramas, infantil, incluso, y que tiene momentos, escenas o conversaciones de vergüenza ajena. Pero aun así, tiene un nosequé irresistible y tirando de nostalgia que hace que sea de las que tiene más adeptos a la causa y de las más esperadas en Netflix, la plataforma que la emite. La serie que continúa con las vidas de los icónicos personajes de Karate Kid, treinta años después: Daniel La Russo y su némesis, Johnny Lawrence, y su malévolo entrenador, John Kreese y con el difunto y bondadoso 'señor Miyagi' muy presente en la trama. Ralph Macchio y William Zabka encabezando una serie donde hay una nueva hornada de jóvenes en edad de estudiantes que se las tienen, que cambian de bando, que se pelean utilizando el kárate y que reciben los consejos de los respectivos 'senseis'.

El éxito de Cobra Kai ha hecho que ya se hayan hecho seis temporadas (y en teoría, última). En esta última serie, la nueva temporada se ha dividido en tres fechas, tres entregas de cinco capítulos cada una. El pasado viernes se estrenó la segunda parte de la temporada con unos capítulos donde los protagonistas forman parte de un torneo internacional de kárate que se disputa ni más ni menos que en Barcelona. De hecho, el capítulo 6 lleva por nombre, así en catalán en el original, 'Benvinguts a Barcelona'. El tema del catalán en Catalunya se ve de refilón en una secuencia donde un protagonista pide un 'muffin' y otro le dice que se dice 'magdalena', y tienen una conversación sobre aprender castellano y catalán, que es "el idioma que se habla aquí'".

La ciudad de Barcelona sale en muchos momentos de esta serie de capítulos: la playa con el Hotel Vela de fondo, la Sagrada Familia, el Parque Güell o el Barrio Gótico e imágenes que dan risa (o pena), como una paella para ilustrar la gastronomía de la zona. En este sentido, una escena ha sorprendido al personal. Muchos, indignados. Otros, se cachondean abiertamente ante una animalada. Una imagen y un comentario aberrante. El prota, interpretado por Ralph Macchio, coge un taxi para ir a ver a un maestro del kárate. El taxista pasa por la parte de detrás de la Catedral, uno de los lugares de Barcelona más visitado por los turistas todos los días del año, y atención a lo que le dice el taxista, en castellano en el original, aparte de hacer ver que es una zona chunga para ir tranquilamente por aquí: "La dirección está allí abajo. ¿Seguro que es correcta? Le aseguro que los turistas no vienen por aquí"... Repetimos: están pasando por la Catedral... según ellos, un lugar donde los turistas no vienen por aquí. La red no dá crédito y se ha abonado:

No es la primera vez, ni lamentablemente será la última, que alguna serie o película se rueda aquí y la dicen de padre y muy señor mío... Qué nivel, Maribel.