Cayetano Rivera es el ejemplo práctico de lo que significa mear fuera de tiesto. Por causa de la crisis del coronavirus, los espectáculos taurinos se encuentran completamente parados. Lógicamente. Matar a un toro no es ningún servicio de primera necesidad. Así que en las últimas semanas el torero madrileño ha estado sin trabajo. Nervioso por las circunstancias, el matador ha descargado este fin de semana su mala leche contra los anti-taurinos, como si tuvieran culpa de nada, en una conexión lamentable con Pedro Piqueras en Informativos Telecinco: "Miles de toros van a ir al matadero sin pasar por una plaza de toros y tener la oportunidad de salvar la vida a través de su fuerza, que es para lo que son criados. Quiero ver a los animalistas. Ahora van a poder adoptar muchos toros y llevárselos a casa". Palabras desafortunadas que le han costado un aluvión de críticas.
Según Rivera, durante las últimas horas ha recibido una avalancha de insultos y amenazas contra él y su familia. Y los ha publicado en su perfil de Instagram. Pero se ha encontrado con el problema de que la red social ha censurado su denuncia: "Borran mi post porque consideran que soy YO el que incita al odio". El torero, señalado por promover el odio en Instagram al mismo tiempo que la plataforma no deja ni rastro de la foto donde supuestamente lo ponían en caldo. Una situación que quiere llevar a los tribunales: "Ahora, que la vía legal sea su curso".
Amenazas, nunca y contra nadie. Matar animales por diversión, tampoco.