A menudo, en los transportes públicos de Barcelona pasan cosas que no nos esperamos cuando bajamos las escaleras del metro o cuando subimos a un autobús. Son un mundo donde cuando entras, no puedes saber nunca qué te encontrarás. Que se lo digan, sino, al bueno de Toni Clapés, que hace un tiempo se hizo eco de una situación esperpéntica en un bus, cuando el conductor bajó ante una administración de lotería y dejó a los pasajeros con un palmo de narices... porque tenía que ir a tirar la primitiva. Ole tus buevos, que dirían en La Competència de RAC1. A menudo, lo que encontramos en los vagones de metro no son conductores con afán de convertirse en millonarios, sino impresentables que se piensan que van solos, con la música atronando a un palmo de la oreja de los otros. De eso da fe, por ejemplo, la actriz Estel Solé: "Mal rayo fulmine a la gente que tiene la mala educación de meter música con el altavoz a todo trapo dentro de los trenes/metros". Y ahora, quién ha vivido una situación, digamos que, peculiar, ha sido Charlie Pee.
A la cómica y monologuista catalana, actualmente, aparte de sus espectáculos, la pueden oír en La darrera hora de El matí de Catalunya Ràdio, formando parte del equipo capitaneado por Quim Morales. Aparte, es habitual verla en diferentes 'Stand Up' encima del escenario donde explica con su particular visión de la vida, las cosas que la rodean y que le pasan. Hace un par de años, por ejemplo, fue sensacional la confesión que hizo sobre cómo fue una vez a un concurso de monólogos en Andorra, un San Valentín... justo después de que su novio la dejara. Un panorama. "Unos días antes me dejó y tuve que ir sola". Sola por Andorra, donde todo eran decoraciones de corazones para el día más romántico marcado en el calendario. Y ella teniendo que hacer un monólogo humorístico... Y decidió ir al grano: emborracharse: "Una vez en el escenario dije "a la mierda todo" y en vez de hacer el texto que tenía preparado empecé a explicar lo que me había pasado sin ninguna intención de hacer reír. Sin quererlo la gente reía y eso me cabreaba porque yo estaba triste. Y odiaba Andorra, a los andorranos, el amor, las parejas. Yo quería llorar y la gente reía. Y me hicieron pasar de ronda. Los hijos de puta me harían volver otro finde para la final del concurso". No ganó, pero "acababa de encontrar mi comedia. Era San Valentín, me habían dejado y estaba sola en la puta Andorra, pero empezaba la relación de amor más larga que he tenido nunca con nada".
Más allá de encontrar el amor en la comedia, Charlie también tiene el corazón ocupado, de una parte, por su pareja. Pero también, por su perra, su querida 'Simona'. Y ahora, las dos han ido en metro. Y tal como ha anunciado ella misma, "Bueno, pues ha pasado: iba derecha al metro con gafas de sol y Simona y se me ha acercado una señora y me ha dicho al oído mientras me cogía del brazo si quería sentarme". Pee no iba con muletas, ni tiene barriga de embarazada ni nada por el estilo... Pero Pee sí que ha entrado en el metro con su perra... y con unas gafas de sol... "He tardado unos segundos en entender que lo decía porque se ha pensado que soy ciega". La misma cómica adjunta foto:
— Charlie Pee (@CharliiePee) May 12, 2022
¿Lo mejor? La reacción de Charlie: "Evidentemente, para que no se sintiera idiota he bajado del metro haciendo ver que sí que soy ciega".
Bueno, pues ha pasado: iba derecha al metro con gafas|ojeras de sol y Simona y se me ha acercado una señora y me ha dicho en la oreja mientras me cogía del brazo si quería sentarse. He tardado unos segundos a entender que lo decía porque se ha pensado que soy ciega.
— Charlie Pee (@CharliiePee) May 12, 2022
Evidentemente para que no se sintiera idiota he bajado del metro haciendo ver que sí que soy ciega.
— Charlie Pee (@CharliiePee) May 12, 2022
Sensacional. Ya lo saben: si se la encuentran así, quién sabe, quizás si le piden algún cupón, todavía tendrán suerte.