Chris Pratt es uno de los actores de moda del Hollywood actual. El protagonista de Guardianes de la galaxia es uno de los intérpretes mejor pagados del momento: sus películas proporcionan muchos beneficios a las productoras, no sólo por su talento delante de la gran pantalla sino también por su talante fuera de ellas. Es próximo, se presta a hacerse fotos con fans sin descanso y cuando va de invitado a los programas, se deja la piel, y los ojos si hace falta, y de manera literal. En El hormiguero todavía recuerdan con la boca abierta el récord que hizo de estar mirando fijamente a la cámara sin parpadear:

Viendo estas imágenes, hay quien incluso haya podido sentir ciertos escalofríos por la espalda. Una mirada penetrante que si le pones música de miedo, podría llegar a poner los pelos de punta. Cuesta, sin embargo, imaginarse a Pratt en papeles diferentes a los del galán de la película, el héroe de turno que salva al mundo de los Tyranosaurus Rex, como en las últimas entregas de Jurassic World.

Pero a Pratt le gusta reírse de sí mismo y se toma la vida con humor y sin tomarse demasiado en serio. Por eso, no ha dudado a la hora de hacer pública una imagen suya de bien pequeñito, poniendo la cara y luciendo la misma vestimenta que uno de los iconos del cine de terror de los últimos años, un ser maligno que ha protagonizado las pesadillas de muchos niños -y no tan niños: Chucky, el muñeco diabólico. El mérito, sin embargo, no es suyo. La  encargada inicialmente de difundir la foto de Chris de pequeño fue su hermana Angie. Inmediatamente, su hermano Cully le encontró la semblanza. Unos hermanos muy bien avenidos, y cómo se ve, muy de la broma:

Todos tenemos un pasado. El de Pratt, sin embargo, es inquietante.