Chrissy Teigen y John Legend siguen afrontando el duelo para superar la pérdida de su tercer hijo. La pareja de celebrities norteamericana anunció su embarazo en agosto, pero todo se torció pocas semanas después por las complicaciones derivadas de un problema en la matriz. A finales de septiembre, la modelo fue ingresada en un hospital de Los Ángeles con una fuerte hemorragia, y tres días más tarde dio a luz a un bebé que acabó muriendo después del parto. Estaba embarazada de cinco meses. Ha pasado un mes de la muerte trágica del niño, que se llamaba Jack, y ahora la madre ha decidido hablar de ello públicamente a través de una carta donde se sincera sobre todo lo que ha vivido desde entonces.

Chrissy Teigen y John Legend perdieron en septiembre al bebé que esperaban | GTRES

La mediática estadounidense confiesa que no ha encontrado el momento de narrar hasta ahora su experiencia traumática, porque no estaba preparada para hacerlo. Pero hace de tripas corazón en un texto extensísimo publicado en su cuenta de Instagram. "Hemos leído cada comentario con los ojos llorosos. He dedicado los días a leer mensajes de desconocidos, la mayoría de los cuales empezaba con un 'probablemente no leerás esto, pero...'. Os puedo asegurar que los leí". Teigen agradece emocionada las buenas palabras y el apoyo que ha recibido, y empieza el relato de lo queocurrió pasó el día de la muerte de Jack. En el área de maternidad de la clínica sólo había gente alegre. Cuando llegó y recorría los pasillos de la planta, la animaban para el parto: "No sabían que estaba llegando para dar a luz al quinto miembro de nuestra preciosa familia, un niño, simplemente para decirle adiós pocos minutos después. Te preguntas cómo es posible que la gente esté pensando en todo el mundo menos en ti".

Pocas semanas antes de la muerte de Jack, los médicos ya la habían atendido en el hospital y le habían ordenado hacer reposo durante un mes. El motivo, unas complicaciones del embarazo por un problema en el útero. Si conseguía llegar a la semana 28, el bebé se encontraría fuera de peligro. Se da la circunstancia de que su segundo hijo nació un mes antes de lo que tocaba, precisamente por esta patología de la madre. Está totalmente sano. Con su tercer hijo, la historia fue de manera muy diferente porque sufrió un desprendimiento de la placenta: "Lo monitorizamos constantemente, esperando que todo pasara. En la cama sangraba y sangraba. Poco, pero durante todo el día. Tenía que cambiarme mis propios pañales". Una semana más tarde, una ecografía reveló que la situación seguía empeorando. La madre había perdido mucha sangre y no había casi líquido amniótico en torno al bebé: "El niño estaba tan abajo que podía tumbarme panza arriba y sentir sus brazos y piernas a través del vientre".

Ya no había nada que hacer. Los médicos le dijeron que le tenían que inducir el parto, que su hijo no aguantaría con vida pero que si continuaba con la gestación peligraba también su propia salud. "Era hora de decir adiós. Él no podría sobrevivir a todo aquello, y si seguía quizás yo tampoco (...) Al principio lloré un poco, después tuve convulsiones, mocos, lágrimas. Mi respiración no era capaz de seguir el ritmo de mi propia inimaginable tristeza. Cuando escribo esto, puedo sentir el dolor de nuevo. Me pusieron oxígeno, y aquella es la primera foto que visteis". Se refiere a las imágenes que compartió en las redes sociales, abrazando a Jack después del parto. En las fotos también estaba su marido, el cantante John Legend.

"Le dije a John que las necesitaba, y que no quería tener que pedirlo, que simplemente las hiciera. Él lo odió. Lo podía notar. No tenía sentido para él en aquel momento. Pero sé que necesitaba conocerlo todo sobre aquel momento, de la misma manera que necesito recordarnos besándonos en el altar o nuestras lágrimas de alegría después de tener a nuestros hijos Luna y Miles. Tenía claro que necesitaba compartir esta historia (..) Las fotos no son para nadie excepto para la gente que también lo ha vivido, o que tiene curiosidad por saber lo que es esto. Son sólo para la gente que las necesita", escribe sobre las imágenes que publicó desde el hospital y que EN Blau compartió con los lectores.

Teigen recuerda también los instantes críticos anteriores al parto. Esperó tres horas después de recibir la epidural, para intentar dilatar lo máximo posible. Pero su cuerpo no reaccionó demasiado porque sólo estaba de cinco meses y no estaba preparada por el nacimiento. "Abrí las piernas y miré a John y así, sin más, estaba saliendo. Los doctores gritaron... todavía no sé qué decir. Ya estaba fuera. Mi madre, John y yo lo cogimos y nos despedimos (...) Escribir sobre todo aquello me hace llorar. Todo lo que sé es que sus cenizas están en una caja pequeño, esperando a ser enterradas bajo un árbol de nuestra nueva casa, la que compramos con su habitación en mente," relata con dureza.

Asegura también que después de perder a su hijo, ha llegado a culpabilizarse a ella misma en los momentos que ha conseguido evadirse, empezar a salir adelante y reír en ocasiones. Un sentimiento de culpa que crece todavía más cuando piensa que, a veces, olvida que ya no está embarazada. "Experiencias como esta dejan un agujero en el corazón. Pero este agujero se llena con el amor de aquello que tanto quería. Lloro pensando cómo de feliz soy por tener dos hijos maravillosos (...) Escribo todo esto porque sabía que necesitaba decir algo antes de poder continuar con mi vida. Gracias a todas las personas que nos han tenido en sus pensamientos. Somos muy afortunados".