Clara Chía está hasta el gorro de los paparazzis. Solo lleva un mes aguantándolos, desde que Piqué hizo pública su relación, y ya no puede más. Están en todos los sitios: son como las hormigas culonas. En el portal de casa, en la discoteca, en los restaurantes... Y donde no llegan los paparazzis al uso están los paparazzis infiltrados. Estos no dejan de ser personas anónimas que conocen el culebrón entre el central blaugrana y la proyecto de publicista y que activan la cámara del móvil cuando los ven aparecer por cualquier lugar. Saben algunos de ellos que una instantánea de la pareja de moda se puede traducir en varios ceros si se la venden a un periodista rosa. Y ya no hablamos de Jordi Martín, el paparazzi más conocido de España: esto es carne de cañón para él.
A Chía la siguen todas las cámaras y, sobre todo, las de Telecinco. La cadena de Paolo Vasile se ha especializado en el seguimiento del caso y atosiga a Clara cada vez que la ve. Las últimas imágenes las ha mostrado hoy mismo Joaquín Prat en 'El Programa de Ana Rosa'. En ellas se observa cómo una reportera persigue a Clara Chía en medio de la calle y esta no dice ni mu... hasta que se harta. Entonces, usa una doble arma: su silencio y su escolta.
Y su escolta es ni más ni menos que una de sus mejores amigas. Ambas chicas, las cuales venían caminando a paso ligero por una de las zonas del Upper Diagonal con unas gafas de sol muy pijas, se encontraban de sopetón a la reportera de Mediaset. Sin ningún tipo de pudor -le pagan por ello-, dicha periodista se ponía delante de las dos amigas, prácticamente barrándoles el paso. En un momento del vídeo se ve como Chía decide saltarse las normas viales de circulación y cruzar por enmedio de la calle. Si un policía la hubiera visto la podría haber parado... y castigado económicamente. Al igual que a la reportera.
A Clara Chía no le gustan las cámaras
— Reportajes.com (@reportajes_esp) September 20, 2022
Fuente: EuropaPress pic.twitter.com/WLRAHaOxH9
Pero la persecución no quedaba aquí. Como si de un trabalenguas se tratase, la reportera cruzaba a la otra acera y le lanzaba a Clara una retahíla de preguntas sin fin. "¿Cómo llevas ser una de las nuevas WAGs del Barça? ¿Qué tal tu relación con Gerard? ¿Entiendo que lleváis algo más de un año? ¿Es cierto que ya conoces a sus hijos? ¿Cómo llevas que se te tome como la causa de la ruptura entre Shakira y Piqué? ¿Cómo se han tomado tus padres que estés con un futbolista del Barça?". Etcétera, etcétera, etcétera. Y todo, en menos de treinta segundos... agotador. Clara, hasta el moño. Y la reportera, sin ninguna declaración.
Manotazo de la amiga
Clara usó bien su primera arma: el silencio. Sabe que si no dice nada no da pie a la prensa a crear nuevas noticias. Si sin haberse pronunciado ya ha dado decenas de miles de titulares alrededor del mundo, si se pronunciara metería la pata hasta el fondo. Sin embargo,su segunda arma, la amiga escolta, no la supo gestionar bien: en vez de escoltarla, obstaculizó el trabajo de la periodista, poniendo en riesgo su teléfono móvil. La amiga de Chía jugaba con fuego y ponía su mano delante del dispositivo móvil de la periodista para que esta no pudiera grabar. Además, no asesoró bien a Chía cuando cruzaron rollo jaywalking, sin paso de cebra. Pudo haber acabado mucho peor: con atropello, con multa o sin teléfono. O peor, las tres cosas juntas.