Una separación, cuando no es amistosa, acostumbra a ser muy tensa. Pero si hay hijos de por medio, se puede volver francamente desagradable. Y eso es en lo que se ha convertido la separación de Paulina Rubio y Colate Vallejo-Nájera, en una confrontación constante para conseguir la custodia del hijo de 10 años, Andrea, que tuvieron en común. El penúltimo capítulo, lo que acaba de pasar delante de la casa que tiene la cantante en Miami.
Lunes por la tarde. Después de un fin de semana donde el niño ha estado con ella, el padre va a buscarlo a casa de Paulina. Después de llamar al timbre y a la puerta, y pasada más de una hora y media que la madre no le abría, según él, Colate avisa a la policía. Llegan dos agentes, pero la respuesta, a pesar de estar presentes las autoridades, es la misma. Finalmente, Colate se marcha a casa sin su hijo. "Hoy fui a buscar a mi hijo y estuve una hora y pico y lo de siempre... Creo que no soy al único que le pasa, y me tuve que ir después de una hora y 45 minutos sin mi hijo. Es un horror, sobre todo para los niños", dice el padre.
El empresario también explica que su hijo le llamó llorando horas después para rogarle que le fuera a buscar a casa de la madre: "Ella cree que me hace daño a mí, pero a quien le hace daño es a él. Yo sólo sufro cuando lo veo así", dice el padre, que asegura que no es la primera vez que le pasa una cosa así. Continúa, pues, el malestar en una pareja que desde que rompieron, han protagonizado encontronazos muy desagradables, luchando por la custodia del menor, con acusaciones de consumir sustancias estupefacientes, de tener problemas psicológicos o de hechos más graves: incluso, Vallejo-Nájera acusó a la cantante mexicana, su cuñado y su exsuegra de golpear al pequeño.
Esperemos que los dos dejen sus diferencias aparte y hagan un pensamiento por el bien del niño, que no tiene ninguna culpa.