Después de tres años sin publicar ningún disco, la cantante española Conchita presenta su nuevo álbum, La orilla. La artista madrileña nacida en Finlandia, que se hizo famosísima en el año 2007 gracias a su hit Nada que perder, incluye en este trabajo una de las canciones más especiales que ha escrito nunca, El viaje, que habla sobre la durísima experiencia de su embarazo. Una situación crítica, ha narrado en un encuentro digital con La Vanguardia, que la llevó al límite pero que afortunadamente tiene un final feliz.

GTRES

Cuando en primavera del 2018 le diagnosticaron preeclampsia, un tipo de hipertensión arterial severa, Conchita estaba embarazada de seis meses: "Era la primera vez que escuchaba esa palabra, y creo que se habla poco de ella teniendo en cuenta que afecta a una de cada doce mujeres embarazadas". Los médicos le explicaron entonces que, en su estado, la enfermedad le podía causar complicaciones además de daños en el hígado, en los riñones u otros órganos. "Había tenido un embarazo normal, al margen de muchísimos vómitos, pero ese diagnóstico lo cambió todo". Hasta el punto que, pocas semanas más tarde y cuando sólo estaba de siete meses, le tuvieron que provocar el parto.

Intervención delicadísima que dejó a Conchita muy grave: "Conocí al bebé días más tarde porque tuve que pasar una semana en la UCI, además de estar tres días en coma", revela. Cuando por fin despertó, el final de su periplo hospitalario todavía estaba lejos. El niño pasó 53 días en la unidad de neonatos y no fue hasta cerca de dos meses después de su nacimiento que se pudieron marchar a casa. "Me acuerdo perfectamente de la sensación y de la tremenda soledad que sentía".

EFE

El 28 de mayo se cumplirán dos años del nacimiento de su hijo y su propio ingreso en cuidados intensivos. Totalmente recuperada y en plena crisis del coronavirus, la intérprete reflexiona: "Deberían pedir autógrafos a los médicos, no a los cantantes".