El mundo de las celebrities, y especialmente, el mundo de las celebrities cantantes, es, a veces, un esperpento. Concretamente, cuando nos referimos a las extravagantes peticiones que los cantantes y las cantantes de fama mundial exigen en sus contratos cuando van a un lugar a tocar o cuando se instalan en un hotel antes de los conciertos. ¿Quieren ejemplos estrambóticos? Presten atención. Madonna es la reina del pop y también, la reina de pedir estupideces. Todavía se recuerda cómo en una de sus múltiples giras, pedía que todos los muebles de su backstage fueran reemplazados por piezas diseñadas por ella misma, 20 líneas de teléfono internacionales y rosas blancas con los tallos cortados 6 pulgadas. ¡Ah! Y la guinda: exigía un acupunturista, un chef personal y una tintorería portátil. El DJ Steve Aoki pedía, así, como quién no quiere la cosa: arena, mucha marihuana, un tarro inflable, una botella de oxígeno llena, tres camisetas negras de cuello de pico, seis pares de calzoncillos cortos, calcetines y dos botellas de Dom Perignon. ¿Por qué? A saber. ¿Y qué decir de Marilyn Manson, que pide ositos de goma de caramelo de la marca Haribbo? O Queen Latifah, por quien se tenían que tener a punto 12 piezas de pollo del Kentucky Fried Chicken y 2 cajas de preservativos de una marca concreta. O Katy Perry, que especificaba que su conductor no la mirara a los ojos ni le hablara.

Katy Perry / @katyperry

¿Y Jennifer López? La cantante del Bronx tiene tanta fama casi por sus hits o sus conciertos encima del escenario como por sus exigencias contractuales. Suites con todas las paredes, almohadas, flores y objetos de color blanco, juego de sábanas propio compuestos por 250 hilos de seda puros, asientos de inodoro nuevos y grifos dorados, ya que a la diva le gusta sentirse en un palacio lujoso a la hora de su estancia, chef las 24 horas o una habitación de juegos para sus hijos.

Jennifer López / @jlo

Pero claro está cuando estas peticiones extravagantes no sólo las hace de cara a los conciertos o actuaciones, sino que en su vida privada, hace que a los humanos que somos más modestos en nuestro día a día se nos pongan los ojos como platos. Y si no, que se lo pregunten a su pareja, Ben Affleck. El actor y futuro marido de JLo quizás encuentra muy normal lo que le ha pedido López. Pero como mínimo, a la presentadora Susanna Griso le ha parecido una aberración. Porque para que JLo y Ben Affleck se conviertan en marido y mujer, la cantante ha especificado que por contrato haya una cláusula que le exige a su futuro marido que mínimo, a la semana, haya cuatro caiditas de Roma, cuatro edredonings, vaya, que pasen por caja cuatro veces. Por lo visto, la cantante no quiere que la llama se apague y quiere mantener on fire su vida íntima al lado del actor. ¿Romanticismo? No mucho. Imaginen que se acerca el domingo a las doce de la noche y tienen el contador a cero. La presentadora de Espejo público ha comentado el acuerdo prematrimonial y se ha escandalizado: "Me parece horroroso, por favor, ¿dónde está el romanticismo? Es humillante para ella. Qué horror. Imagina que estableces que tienes que dar un beso todas las mañanas, que en la ducha tienes que tener relaciones... ¿Me estáis tomando el pelo? ¿Esto existe? Es que me parece impresionante... Nunca! Nunca puede haber una cláusula!". 

'Espejo público' / Antena 3

La duda es... ¿Cómo se corroborará que el acuerdo se lleva a cabo? ¿Dejarán constancia en una especie de hoja de registros? ¿Irán poniendo una rayita en la cabecera cada vez que cumplan, para no perder la cuenta? ¿Espejo público? En el caso de López y Affleck, Espejo púbico.