Si hay un perfil que gusta a la prensa rosa de este país son las familias de toreros. Francisco Rivera, Enrique Ponce (52), José Ortega Cano (70) y Jesulín de Ubrique (50) son algunos claros ejemplos de cómo el éxito conseguido en la profesión se ha convertido en un reclamo en un determinado ámbito del periodismo. Infinidad de entrevistas y exclusivas han sido protagonizadas por familias que tienen como figura central un torero. Incluso alguna de estas familias ha sido durante años de las más mediáticas del país. Esta vez ha sido Manuel Díaz González (55), más conocido como El Cordobés, quien ha visitado el programa que presenta semanalmente Albert Espinosa (50) en La Sexta, El camino a casa. Hijo de padre torero, repasa de la mano del presentador su infancia y explica momentos destacados del pasado que hasta el momento no habían visto la luz. Muy emocionado y con ganas de sincerarse, El Cordobés pudo recordar momentos difíciles que tuvo que atravesar.
Albert Espinosa arrancó la entrevista preguntando al invitado si tenía algún mote cuando era pequeño o joven. El Cordobés explicó que a causa de su semejanza de apariencia, especialmente en su pelo, al exfutbolista alemán Bernd Schuster (64), muchos amigos suyos se referían a él como el Schuster. El torero también explicó el motivo por el cual ahora todo el mundo lo conoce como El Cordobés, a pesar de haber nacido en Madrid. El nombre hace referencia a su padre, quien también llegó a ser un gran torero del país. Antes de empezar a andar para recorrer las plazas y calles donde solía hacer vida durante su juventud, Albert Espinosa preguntó por el motivo que lo había llevado a seguir la profesión de su padre. La respuesta de Manuel Díaz no dejó a nadie indiferente: "Me hice torero por mi padre y porque se ligaba mucho, se me daba muy bien".
Durante el viaje que hizo El Cordobés al pasado tuvo que recordar momentos difíciles que se vio obligado a vivir por las bajas condiciones económicas con qué crecieron él y todos sus hermanos. El torero reconoce que la comida la solían tener garantizada, pero hubo dos situaciones que lo marcaron de por vida. Una Navidad ninguno de los hermanos recibió regalos de los Reyes Magos debido a los problemas económicos en qué se veía implicada la familia. El programa conducido por Albert Espinosa regaló al torero la moto que siempre había pedido a los reyes, una cota 49, y la clásica pelota de fútbol Adidas. El segundo recuerdo que no olvida El Cordobés es la manera como hizo la comunión, a solas, sin ningún tipo de celebración.
Andado por las calles de Córdoba se encontró con grandes amigos que tuvo durante la juventud. Pudo entrar en diferentes bares de los cuales guarda un gran recuerdo. Pero el momento en que más se emocionó fue cuando llegó delante de la plaza de toros de Los Califas. Ambos entraron y el torero pudo reencontrarse con los profesores que hoy día imparten clases a niños con los cuales, El Cordobés, sintió mucha empatía. Aquella fue la plaza de toros donde debutó como torero y también recordó a todos los espectadores la primera vez que pudo torear en la misma plaza que su padre al saltar de las gradas a la arena en abril de 1986. La entrevista acabó en el portal de su casa encontrándose con una vecina del edificio que le tiene un profundo afecto. Manuel Díaz mostró su agradecimiento a todo el equipo del programa que le permitieron revivir momentos muy mágicos y que lo han hecho ser quien es hoy en día.