Dani Rovira es uno de los tipos más brillante y divertidos que podéis ver hoy en día subido encima de un escenario, como ha hecho recientemente regalando a los espectadores del Teatro Coliseum de Barcelona algunas noches impagables y llenas de humor.
El cómico andaluz es rápido como pocos, y siempre hilarante cuando explica las historias que le pasan. Así que imaginen qué puede pasar si se junta con otros dos genios del humor, igual de rápidos que él, recordando ruinas vividas, momentos de tierra trágame donde hayan quedado en ridículo los invitados. Estamos hablando de Ignasi Taltavull y Tomàs Fuentes, que conducen el indispensable La Ruina, que llevan de gira por diferentes teatros del territorio, y que recientemente les valió un merecidísimo Premio Ondas. Y el último capítulo lleva como invitado al actor de Ocho apellidos vascos, El bus de la vida, Mediterráneo, Superlópez y tantas otras películas y comedias exitosas del cine español.
Explica Fuentes que a la hora de confesar una ruina, dudaba entre una experiencia escatológica, "me decían que en Catalunya el humor escatológico gusta mucho", pero para variar, ha querido optar por "una ruina romántica-patética" con una chica que le gustaba y que conoció con 18 años en unos campamentos de verano donde había un centenar de chicos y chicas de todas partes, cerca de Málaga. Una de las actividades más populares era el amigo invisible, donde salían al escenario cada uno de los chicos y chicas, decían quién les había tocado y le hacían un regalo ante todo el mundo. Dani hizo un cambiazo para poder regalarle alguna cosa a la chica que le gustaba, de nombre Mamen, a quien nombran Carmen. Primero pensó en hacer él solo, sin la ayuda de los talleres, una manualidad. ¿Cómo? Yendo al bosque, cogiendo una rama, y con una navajita ir haciendo la forma de un lápiz. "Nunca se me han dado muy bien las manualidades, pero en mi cabeza pensaba que era una idea buenísima", pero al ver el resultado, pensó que si le daba aquello, no tendría ninguna opción con la tal Carmen.
Después tuvo otra idea. En los campamentos sonaba y se cantaba mucha música de cantautores: Ismael Serrano, Luis Eduardo Aute o Silvio Rodríguez. "Me enteré de que la canción favorita de Mamen era de él, 'Óleo a una mujer con sombrero'... Se me ocurrió aprendérmela con la guitarra en cuatro días y cantarla". Imaginen a la chica, sentada en el escenario, viendo a Dani ante todo el mundo. "Empecé a cantar de aquella manera, me equivocaba cada tres notas... terminé la canción a capela, a tomar por culo la guitarra... No sé si la conocéis o no, pero la canción es larga de cojones!". La gente partiéndose la caja. Imaginen al bueno de Dani cantando (o destrozando) esta canción:
No acaba aquí la cosa. "Hubo condescendencia y paternalismo de ella, y un aplauso también paternalista. Aún tenía una esperanza pequeña, pero la terminé asesinando justo cuando al levantarnos los dos, cuando nos dimos el último beso, de pie con la guitarra, saco el lápiz y le dijé: 'Y te he hecho este lápiz también'". Hilarante. Pero esperaos al final, la guinda del pastel. Le preguntan: "¿Con Carmen llegó a pasar algo en algún momento?... No me jodas, que como digas que sí, yo ya...". ¿Y qué responde él?: "A los meses, Carmen y yo nos hicimos novios y... yo perdí la virginidad con ella con 19 años":
Maravilloso que a pesar de los regalos ruinosos que recibió, la tal Carmen salió con Dani Rovira y él perdió la virginidad con ella. "A día de hoy somos muy buenos amigos"... La duda que tenemos es si ella sigue conservando el lápiz y si le sigue gustando 'Óleo a una mujer con sombrero' o si después de aquello, cada vez que la oye le cogen todos los males recordando el momento.