Dani Rovira es uno de los actores más queridos de este país. Cuando anunció que tenía un linfoma de Hodgking y que tenía que empezar un severo tratamiento, sus seguidores se volcaron en numerosas muestras de apoyo.
El actor empezó el tratamiento el 25 de marzo, en medio de la pandemia, y ha ido al hospital durante cuatro meses, en los que ha hecho 8 sesiones de quimioterapia. Pero ha llegado el momento que estaba esperando, un paso más en su lucha, de la que todavía le falta quemar más etapas difíciles, pero que afronta con todo el ánimo del mundo: "Se acabó la QUIMIO! 8 sesiones y 4 meses entre pecho y espalda". Él mismo informa qué secuelas le ha dejado la quimio: "pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo (de ésta última no me comentaron nada). Si a alguien más le ha pasado esto, que me escriba, con cuatro que seamos, organizamos un Tragabolas".
Rovira explica cuál es el siguiente paso a tomar: " "esta semana empiezo a afrontar 18 sesiones de RADIO, una cada día. Aunque los linfomas han desaparecido, los médicos lo han decidido así por cauterizar y precaución. A mediados de Agosto, este mal sueño habrá acabado y podré retomar de nuevo “la normalidad” si es que hay algo normal ya en este mundo". El intérprete bromea de la situación, y sueña con que "ojalá cuando acabe se me ponga cabeza de koala. Me gustan mucho los koalas. La vida me sonríe, pero siempre espero que me suelte carcajadas". Anima a todos los que estén viviendo una situación similar a la suya y se llena la boca elogiando a los "médicos y un personal sanitario espectacular en este país. El resto es quererse y dejarse querer". A Rovira le quiere mucha gente, se lo merece. Esperemos que muy pronto podamos verlo, como él desea, con cabeza de koala.