Posiblemente, el momento público más incómodo de Daniel Diges lo vivió sin proponérselo, encima de un escenario y a ojos de millones de espectadores. Porque este cantante y actor, rostro habitual de infinidad de musicales, fue el coprotagonista de uno de los momentos que más se recuerdan en el Festival de Eurovisión en clave española. Escogido el representante de la delegación española en el año 2010 con el tema Algo pequeñito, lo que se vio cuando él cantaba no fue nada pequeñito, sino más bien grandecito. Porque en medio de su actuación delante de millones de espectadores que tiene el certamen, saltó al escenario de Oslo un habitual especialista en dinamitar acontecimientos: Jimmy Jump. El catalán, habitual saltador en los terrenos de fútbol, con su característica barretina, se coló en medio de los acompañantes de Diges, que no sabía qué cara poner.
Un momento incómodo, sin duda, que Daniel Diges salvó con profesionalidad y sin perder la letra de la canción durante su actuación. Sin duda, sin embargo, no fue el peor momento que tuvo que vivir desde que empezó a forjarse una sólida carrera ante cámaras. Como actor de musicales ha salido en todas partes. La lista de obras exitosísimas es de traca: Hoy no me puedo levantar, We will rock you, High School Musical, Mamma Mia!, Los miserables o La bella y la bestia. Pero a pesar de ser esta su vertiente más reconocida, su nombre, su cara y sus característicos rizos rubios empezaron a hacer furor entre los y las fans con una serie de televisión que lo puso en boca de todos. Una serie que hizo siendo muy joven y con la cual triunfó de mala manera en toda España: Nada es para siempre, en Antena 3, en el año 1999, donde interpretaba el mítico papel de 'Gato', el alumno más carismático de un instituto.
La serie se rodó en A Coruña, cuando Diges era un joven de 18 años. Y la experiencia que sufrió, la mala experiencia, más bien, no la olvidará nunca. Ahora lo ha recordado todavía con el alma en un puño, en Europa Press, a raíz de la confesión de Alejandro Sanz al reconocer los problemas mentales que tiene a veces y lo mal que se pasa. Explica Diges que su profesión lo ha llevado a veces al límite: "es verdad que he tenido momentos muy difíciles estar trabajando de martes a domingo musicales que no tenía vida, que no veía a mi familia, viajando he pasado momentos también duros y no pasa nada. Lo importante es agarrarlo y tirar para adelante". Pero nada igual a lo que le pasó cuando se encontraba en la cresta de la ola, con respecto a fama, justamente cuando estaba rodando la serie que lo catapultó.
Recuerda Diges con amargura que "Con 18 años, que estaba en Coruña haciendo Nada es para siempre, pasé una depresión muy gorda. Sí que me fui a un psicólogo a tratarlo y a partir de ahí empecé a aprender muchas cosas. Y creo que gracias a dios por haberlo pillado por esa edad no he vuelto a pillar una depresión así fuerte a lo largo de mi vida. Es importante pillarlas a tiempo cuando se es joven para aprender cómo gestionarlo". ¿Qué fue lo que lo aceleró todo? ¿Cuál fue el detonante que le hizo tener estos pensamientos y ponerse manos a la obra? Una brutal agresión, una paliza: "Pasé una muy gorda en Coruña, me pegaron cuando hacía la serie, hacía de Gato y me pegaron en una discoteca porque al ver que era jovencito y tal me metieron una paliza. Salí de la paliza y pasé unos meses bastante jodidos y fíjate que estaba aquí siendo protagonista de un musical. Y sí es verdad que me llamaban de teles y no me atrevía a contarlo, lo he contado muy pocas veces. Pero lo pasé y ya está, no pasa nada".
Celebramos que aquella barbarie que sufrió por parte de unos macarras impresentables le sirviera para hacerse más fuerte y recurrir a la ayuda necesaria cuando ha tenido malos momentos en el futuro.