No ha habido momento alguno en el que el macabro caso de Daniel Sancho haya dejado de estar de actualidad desde que el mayor bombazo criminal de los últimos tiempos estallase el pasado mes de agosto. Sin embargo, la exagerada presión mediática del inicio ha ido disminuyendo progresivamente. Así había sido hasta ahora, porque el crimen del hijo de Rodolfo Sancho vuelve a copar los titulares de sucesos y la crónica social por un motivo de fuerza mayor. El 13 de noviembre era el día fijado por las autoridades tailandesas para que el proceso judicial en el que se lo acusa de absolutas barbaridades comenzase a tomar un rumbo efectivo.
Esto después de una vista ante el Tribunal de Samui que ya debía haberse celebrado y que terminaría aplazándose. El motivo: el chef precisaba de un traductor al español y en la sala no había ninguno. Se lo ofrecían por videollamada, pero ni hablar. A pesar de que no lo había expresado así en ningún momento, siempre haciendo gala de un espíritu de colaboración aparente, cambiaba repentinamente de tercio con unas exigencias a las que antes no había referido. Fruto o no de una estrategia para ganar tiempo, puesto que seguía —y sigue— sin abogado tailandés elegido por voluntad propia.
Eso sí, cuenta con el apoyo del equipo de Marcos García Montes, el mediático letrado que su padre ha contratado. La cuestión es que necesitaba armar un argumento consistente. La forma correcta de defenderse y poder hacer frente, sin fisuras, a los tres fortísimos delitos que se le imputan. Cargos que no son poca cosa y que han llamado la atención desde que se hiciese público el contenido del escrito de acusación de la Fiscalía. Asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, el descuartizamiento y la ocultación del cadáver y la sustracción de la documentación de la víctima para eliminar pruebas. Se lee complejo y lo es. Más cuando, desde el inicio, se cuenta con una grabación en la que el 'youtuber' culinario se confiesa sobre el crimen.
Inclusive reconstruye los hechos desde el 'bungalow' donde el suceso tuvo lugar y bajo la atónita mirada del equipo de policías a cargo de la investigación. Mientras que Silvia Bronchalo, su madre, se instaló en el país asiático tan rápido como pudo para comenzar a visitar a su hijo de forma diaria, la presencia allí de su célebre progenitor tardó más en darse. A principios de septiembre veríamos a Rodolfo en Koh Samui en una visita ultrafugaz al penal. Volvería este octubre, con la fecha clave cada vez más cerca y coincidiendo con el tan comentado cambio de actitud de Daniel. Y es que más allá de buscar salvarse de una resolución tan irreparable como la pena de muerte, filtraciones a la prensa como las imágenes de su nuevo aspecto dentro de la prisión tampoco le habrían gustado nada de nada.
Sea como fuere, el día D ha llegado. Con él, el enésimo giro de guion. Daniel Sancho se ha declarado no culpable del asesinato del facultativo y de llevarse su pasaporte. Solo reconoce descuartizar el cuerpo, pero nada más. Otro revés que vuelve a retrasar el procedimiento.
#ÚLTIMAHORA | Daniel Sancho se declara no culpable del asesinato premeditado de Edwin Arrieta. pic.twitter.com/WtYh8a2JNP
— EFE Noticias (@EFEnoticias) November 13, 2023
El juicio final esperado para finales del 23 terminará celebrándose de cara a marzo o abril del 24. Ganan más tiempo. En cualquier caso, la salida del recluso ha regalado una imagen impagable que TardeAR ha recuperado. Las primeras fotografías del presunto asesino en el mundo exterior. A pesar de que es difícil verle con claridad, ya que se encuentra dentro del edificio, se aprecia que viste su uniforme de la cárcel y las manos esposadas. Eso además de llevar la mascarilla obligatoria y el pelo totalmente rapado.
Desde que fue detenido el 7 de agosto es la primera vez que podemos ver fuera de la cárcel a Daniel Sancho. Daniel Sancho se ha declarado “no culpable” de asesinato premeditado. Eso sí: ha reconocido que descuartizó a la víctima.#TardeAR13N I https://t.co/NjreJKeWg4 pic.twitter.com/H6qRhhPVd2
— TardeAR (@TardeARtv) November 13, 2023
Ni rastro de su larga melena y su físico atlético. Los tres meses encerrado ya le han pasado factura. Así permanecerá, de forma preventiva, hasta que se conozca su condena.