Hace un tiempo, cuando los cines estaban todos abiertos, se estrenaban películas y todo el mundo llenaba las salas, había una actriz que sólo aparecer en la pantalla, hacía que fuera imposible apartar la mirada de ella. Hace un tiempo, hacia los años 90, una intérprete protagonizaba algunas de las pelis más taquilleras de aquella época. Estamos hablando de la protagonista de Ghost, Algunos hombres buenos, Una proposición indecente, La teniente O'Neil, Acoso o Striptease: Demi Moore.
Su estrella se fue apagando a la misma velocidad que visitaba los quirófanos. Muchos tratos con el bisturí, mucho bótox, han hecho que a sus 58 años, su cara haya sufrido una metamorfosis considerable. Pero una nueva visita al cirujano ha hecho que incluso ahora, que ya tiene una cara bien diferente, algunos se hayan puesto las manos a la cabeza.
Las alarmas han saltado por un desfile para Fendi en la Alta Costura. Allí apareció la actriz. O alguien que lleva su nombre. Moore se ha hecho una bichectomía. En términos médicos, "se trata de la extracción de las bolas de Bichat, unas pequeñas estructuras de grasa que se encuentran en las mejillas y que son las responsables de que el rostro tenga una forma redondeada". O lo que es lo mismo: hacer que tu cara, en lugar de ser redondeada, se estilice y defina tus pómulos. En el caso de Moore, no es que los haya definido, es que se los ha cargado. Un destrozo, un esperpento. La foto ha dejado a los fans sin palabras:
Da miedo. Si ahora hicieran un remake de Ghost, ante la imposibilidad de que el difunto Patrick Swayze volviera a hacer su papel, no habría problema: Demi Moore podría hacer de fantasma. Pero dejaría de ser una peli romántica para ser una de terror.