Diana Gómez es una de las mejores actrices catalanas de los últimos tiempos. Y punto. Está en un momento dulce, después de su participación en La casa de papel y en Valeria, serie que lo rompe en Netflix y que ya va por la cuarta temporada. Ahora acaba de pasar por 'L'eclipsi' de TV3 y Catalunya Ràdio, donde se ha mojado y ha hablado sin ambages del día a día y de su vertiente más personal. Una Diana que ha confesado que la mejor noche de su vida fue la madrugada que nació su hijo... Confesión que coincide, menos mal, con su pareja... y padre de su hijo. Porque quien le ha hecho la entrevista es ni más ni menos que su marido, el excelente periodista Roger Escapa. Una conversación deliciosa donde la pareja no se ha callado y ha revelado algunas intimidades muy jugosas sobre su vida en común.
La intérprete y el periodista de Catalunya Ràdio, que precisamente fue en la emisora, en una entrevista, donde se encendió la llama entre los dos, han regalado otra entrevista donde se ha notado la química que tienen y donde han hablado de todo. Por ejemplo, de cómo les costó escoger el nombre de su hijo, que finalmente se llama Gael. El que ella quería inicialmente, sin embargo, era mucho más clásico. Amante de la historia y del Imperio Romano, Diana quería ponerle Octavio, mientras que Roger quería ponerle Ramon, como su padre, pero ella no quería, "ni de coña ningún nombre que ya hubiera en la familia". Han sido dos años de despertarse mucho por las noches por el niño... o por el padre del niño: "No te preguntaré si roncas, porque no roncas, ¿y yo?", quiere saber Escapa. Y ella lo confirma con un "sí" rotundo. "Un poco, depende del momento. También hablas... y chillas"
Le pregunta si añora las noches de soltera y ella tiene claro que no. "No me gusta salir de fiesta, añoro improvisar, eso sí". Roger le dice una verdad como un templo, "a ti la cámara te quiere. Eres una actriz fantástica, pero no sabes mentir"... "Tú que me ves con buenos ojos... y tú tampoco sabes mentir". Escapa pone encima de la mesa que en la serie Valeria hay mucho sexo y que en las última temporada han contado con la figura de un 'coordinador de intimidad', "una persona que asesora en las escenas de sexo, cómo se sienten los actores y los límites que tienen, habla con la directora, cuántos planos, desde qué ángulo, aquí no quiere que se le vea el pecho, etc... está en los ensayos de todas las escenas y el día de rodaje para que no se pasen por alto los límites establecidos. No entiendo cómo antes se hacían estas escenas sin esta figura". Gómez no encuentra justo que su personaje enseñara los pechos "prácticamente desde la primera escena" y el culo de Maxi Iglesias hemos tardado mucho más en verlo. "Esta temporada he dicho que quiero enseñar menos pecho y menos culo".
La actriz vive y ve un presente y un futuro con optimismo, tratando de conciliar su pasión, su trabajo, con la familia y las fechas importantes de su hijo, y en este punto su pareja le pregunta si cree que pueden tener un segundo hijo y seguir conciliando los dos sus trabajos... "Ahora mismo es imposible, creo que uno de los dos tiene que renunciar. O no tener más hijos y estamos perfectos. No te pediré ir a vivir a Madrid". Lo que le pide Roger a ella es "que no seas tan vehemente y pierdas tanto los papeles cuando miras al Barça, tengo la sensación de estar con una desconocida. Lo vives de una manera...", y ella reconoce que "soy una hooligan del fútbol, me viene de familia, canalizo muchas cosas". Turno de jugar a la jenga, donde cada pieza de madera que sacan tiene una pregunta. A Diana le toca confesar si ha enviado fotos picantes alguna vez: "Sí. A ti te he enviado alguna, ¿no?..."... "¿Y a alguien que no soy yo también?"... "Seguramente, pero no diremos nombres". También ha respondido cómo ve a los dos como pareja dentro de veinte años: "Como muy tranquilitos. Alguna crisis habremos pasado", dice socarrona.
Acaba confesando el sueño más extraño que ha tenido: "que María Teresa Campos me daba clases de ballet, en la habitación de mi hermano, con el palo y todo". Sensacional. Diana y Roger, maravillosos.